Llegan momentos en la vida de una persona en que se tiene que comer sus palabras y rectificar. El caso que nos ocupa, los jardines verticales, no es una ingestión total ni tampoco desagradable. Es más, me alegra abrir los ojos con respecto a los muros verdes y descubrir que poseer uno, que conlleva una inversión económica considerable, también puede suponer un retorno de esta inversión y hasta obtener un rendimiento económico.
Haciéndome amigo de los jardines verticales ;P |
Creo que lo apropiado sería hacer una recapitulación de mi parecer sobre los jardines verticales y, a partir de aquí, desarrollar el nuevo descubrimiento. Empezando desde el principio, he escrito en numerosas ocasiones los inconvenientes que poseen los muros vegetales basando mi argumento en que no llegan a cumplir con dos de los tres pilares básicos de la sustentabilidad. El que siempre he considerado que se cumple es el social, por la expectación que crea esta nueva tecnología entre la población, pero no consideraba que desde el punto de vista ecológico fuera muy sostenible por las condiciones en que se ven obligadas a vivir las plantas que los componen y por el gasto de recursos hídricos que suponen, así mismo, desde el enfoque económico, consideraba que la implantación de un jardín vertical suponía un elevado coste para unas prestaciones y beneficios que con otras composiciones jardineras mucho más económicas también se pueden obtener.
Por comentarios como éstos fui incluso acusado de “demonizar” los muros verdes, pero mi crítica no iba en ese sentido pues, aunque tienen inconvenientes, siempre pensé que los jardines verticales son una tecnología aprovechable a la cual no hay que perder de vista. Son unos sistemas vegetales susceptibles de desarrollo y hay que tratar de minimizar los defectos que poseen con más investigación, de forma que se encuentren especies vegetales más apropiadas a vivir en estas condiciones tan concretas y sistemas de riego con recirculación de agua que no supongan un gasto excesivo de agua.
¿Qué me ha hecho cambiar de opinión respecto a la sostenibilidad económica de los jardines verticales? En realidad la pregunta tendría que ser ¿Quién? Fue hace unas semanas cuando estuve tomando café con Rafael FernándezCañero amigo y profesor de Paisajismo mío en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de Sevilla. Además de profesor, Rafael es miembro de la empresa de jardines verticales y techos verdes Terapia Urbana y, al comentar sobre cómo iba la empresa, me estuvo contando que se había hecho un estudio, todavía no publicado, sobre el retorno de la inversión del jardín vertical que hay en la entrada del Hospital UPS Sagrado Corazónde Sevilla y que tenía un saldo muy positivo. La inversión inicial en su creación ha sido amortizada e, incluso, se han incrementado los ingresos gracias a la publicidad indirecta (reportajes en periódicos, programas de televisión, repercusión en RRSS,…), que se había obtenido por la expectación social generada.
Otro establecimiento que ha decido incluir un jardín vertical en su interior, también obra de Terapia Urbana, es el que se encuentra en el Restaurante Mamarracha en pleno centro de Sevilla. Rafael me comentó que ahora lo llaman el Bar del Jardíny que muchas personas acuden a este establecimiento a conocer el muro verde. Me picó la curiosidad a más no poder y he ido a visitarlo. No les falta razón a los que aseguran que el jardín vertical llama la atención de cuantos pasan por el local. En cuanto entré, lo primero que había era una multitud de gente haciendo fotos a la que me uní. Y puestos ya a ver el jardín, también se paraban a tomar un ágape, igual que hice yo. Por lo que pude comprobar, tenían una amplia lista de espera para reservar una mesa para cenar.
Así que he encontrado un nuevo beneficio a los sistemas de muros verdes relacionado con los negocios, la empresa y el marketing. Para un negocio que se sepa manejar bien en estos ámbitos, un jardín vertical puede resultar un aliado para hacer publicidad, atraer clientes e incrementar los ingresos. En el ámbito doméstico aún me sigue pareciendo un desembolso económico demasiado elevado cuando se puede disponer de otras formas de ajardinar el hogar, más baratas e igual de eficientes. ¿Quién sabe? Quizás vuelvan a hacerme cambiar de opinión en el futuro…
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Jardín Vertical del Restaurante “Mamarracha” en Sevilla |
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