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Calabazas, crisantemos y octubre

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Al igual que la popularidad por las calabazas crece enormemente por Halloween, los crisantemos empiezan a poblar muchos parterres de zonas ajardinadas en octubre. Y aunque ambos pertenecen al mismo reino, no pueden ser dos vegetales y dos intereses festivos más alejados. La calabaza es una cucurbitácea, una planta enredadora que puede trepar por medios de zarcillos y forma una baya de cascara dura, mientras, los crisantemos son hierbas perennes que no alcanzan elevada altura y poseen flores compuestas de múltiples colores.
Ficha botánica del crisantemo

Halloween es la noche de las brujas, una fiesta de origen pagano pues coincide con las celebraciones del fin del verano celta. También es una fiesta de origen anglosajón pero que se ha importado perfectamente bien en España, imagino que debido a lo divertido que debe ser para niños y niñas disfrazarse durante una noche de criatura monstruosa, ir de casa en casa y que te regalen golosinas. La noche del 31 de diciembre se adorna con los colores negro, purpura y, por supuesto, el naranja de las calabazas. La ornamentación en muchas casas, jardines y patios de la cucurbitácea a la que han extraído la pulpa interior para colocar una vela en su interior, proviene de intentar recrear la breve aparición del fenómeno natural de los fuegos fatuos. En cultivo por motivos agrícolas y productivos de la calabaza, la recolección se hace durante los meses de septiembre, octubre y noviembre, poco antes de los rigores del invierno. Quizás sea esta la razón de utilizar calabazas como improvisadas linternas marcadas con rostros grotescos, la época de recolección.  

El 1 de noviembre es el día de Todos los Santos, celebración inmediatamente posterior a la noche de Halloween, pero en vez de monstruos es una tradición que recuerda a todos aquellos difuntos que una vez obtenida la beatificación, gozan de la vida eterna. Si hay algo que tienen  en común ambas festividades, es que de alguna manera vienen a recordar que durante un día con su noche, la línea que separa lo corpóreo de lo etéreo se vuelve muy delgada. Y si Halloween la reconocemos con una calabaza, el Día de Todos los Santoslo reconocemos con una flor.  

El cultivo de flores para decorar los altares se remonta a la Edad Media. En los claustros  de conventos y monasterios, además de cultivarse plantas culinarias y medicinales, era muy común cultivar plantas por sus flores por razones ornamentales para las diversas festividades anuales. El crisantemo es una hierba que florece de manera natural cuando se acortan los días en otoño. Es cierto que con las nuevas tecnologías de cultivo se pueden obtener flores para el mercado durante todo el año, pero en el Medievo no poseían estas modernas técnicas de cultivo, así que debían usar para decoración lo que tenían a su alcance según la época y el crisantemo era la flor de noviembre.

A mí me siguen pareciendo fascinantes los distintos significados que poseen las plantas en fiestas, tradiciones, leyendas, imágenes, creencias populares, banderas y toda la simbología vegetal generada a lo largo de la historia. Sin duda, un tema que daría para escribir un libro.

Calabaza (Cucurbita pepo subespecie pepo)
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El jardín milagroso

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Si una flor puede ser cautivadora, un jardín con 45 millones de flores puede ser milagroso. Además, para más relevancia al caso, podemos añadir a este jardín la singularidad de crecer en pleno desierto de la región de Al Barsha Sothen Dubái (Emiratos Árabes Unidos), sobre una extensión de siete hectáreas que es regada con aguas residuales mediante un sistema de riego por goteo. Un candidato de excepción para el “turismo de jardines”.

Miracle Garden

Miracle Garden es un proyecto de paisajismo desarrollado por AKAR Landscaping Services & Agriculture, que se ideó como un espacio verde único en el mundo por su extravagante propuesta de paisaje al aire libre. En él se combina jardinería con otras manifestaciones artísticas, dejando estampas tan curiosas como aviones poblados de flores o caminos de pérgolas con forma de corazón bajo los que pasear. Para poder llevar a cabo la construcción de este jardín milagroso, fue necesaria una inversión de 11 millones de dólares y dividir el proyecto en dos fases. La primera tardó en desarrollarse dos meses y precisó la intervención de 400 trabajadores para finalmente quedar inaugurada en febrero de 2013. La segunda fase se completó en cinco meses y se inauguró en octubre de ese mismo año. Posteriormente, en el año 2016, fue galardonado con el premio Guinness de los Records por crear la estructura floral más grande del mundo al cubrir todo un Airbus A380. 

En la actualidad, el espacio verde ocupa sobre el terreno una superficie circular que se divide en diversas áreas temáticas. El área de pérgolas floridas, que fue la primera en construirse, consta de varias parcelas con estructuras metálicas que han sido engalanadas con multitud de flores. En ésta área podremos encontrar un jardín con siete pirámides, dos senderos de arcos con flores colgantes, otro sendero decorado con paraguas o un jardín con coches semienterrados y conducidos por multitud de flores que se desbordan por la ventanilla. Otras áreas son el reloj floral, de aproximadamente 13 metros de diámetro y que combina plantas permanentes con flores de temporada, o el área de los pavos reales, que contiene dos pavos reales que tienen la cola abierta y otro más con la cola cerrada, pero los tres decorados con llamativas flores de colores.

También encontraremos en Miracle Garden un “mariposarium”. El área de jardín de las mariposas, consiste en un espacio de 1.800 metros cuadrados ocupado por nueve cúpulas de diferente color, tamaño y especies de mariposas. Incluye un museo de mariposas y figuras de mariposas construidas con flores. Finalmente, podremos visitar el área de jardín de aromáticas, un espacio poblado por plantas aromáticas y medicinales procedentes de alrededor 200 países distintos. En éste área, el viajero podrá ver, oler, tocar y preparar su propia taza de té procedente del mismo jardín.

Al ser uno de los lugares más cálidos del mundo, Miracle Gardende Dubái permanece cerrado de junio a octubre debido a las altas temperaturas. Así pues, ya puedes ir preparando las maletas porque está prevista la apertura de la nueva temporada el próximo 7 de noviembre. Se puede visitar todos los días de la semana en horario de 9:00 a 21:00 horas (de domingo a jueves), y de 9:00 a 23:00 horas (viernes y sábado). La entrada cuesta aproximadamente 10 € para adultos, unos 7 € para niños de hasta 12 años y es gratis para niños menores de 2 años.







Fuente imágenes: Flickr  

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Los jardines nos cuentan historias

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Hablar de los Jardines Butchart, es hablar de uno de los jardines emblema del mundo. Englobado dentro del conjunto paisajístico imprescindible del turismo de jardines, su origen no puede ser más modesto: una antigua cantera de roca caliza y la afición sin límites a la jardinería de una mujer capaz de crear, en un lugar aparentemente yermo, un exuberante regalo a los sentidos.

Jardín Hundido Butchart Garden

En algunas ocasiones un lugar no dice nada por sí solo, pero puede encontrarse imbuido en un halo de leyenda. Esta circunstancia se debe a que ese lugar permanece unido inexorablemente a las historias de las personas que los han creado o que lo han habitado. Y si ese lugar es un jardín, la historia a la que se encuentra unido es la de Jennie Butchart. Los años han querido que después sea el jardín el que nos cuente la historia.

La Isla de Vancouver se encuentra en el Océano Pacifico y se trata de la isla más grande de la costa occidental de América. Bajo la influencia del clima húmedo propiciado por el océano y la brisa marina, Robert Butchart poseía  una cantera donde extraía roca caliza destinada a material de construcción. El destino quiso que el paisajista japonés Isaburo Kishida viajara por motivos profesionales hasta la cercana ciudad de Victoria y Jennie Butchart, esposa de Robert, le encargó la realización de un jardín japonés en su propiedad.

Una vez realizado el Jardín Japonés, ocurrió algo que motivó la expansión del jardín: en 1909 la cantera agotó la piedra caliza. Fue entonces cuando Jennie Butchart decidió invertir su tiempo y esfuerzo en crear una exhibición de horticultura en un espacio en el que aparentemente no parecía que pudiese crecer una sola flor. Este nuevo espacio se denominó el Jardín Hundido y no estuvo acabado hasta 1921. El tiempo trascurrido entre inicio y finalización de construcción, no ha evitado que en la actualidad sea el Jardín Hundido, de todo el conjunto paisajístico, el constituyente del gran reclamo turístico a los Jardines Butchart. Un entramado de caminos serpenteantes, coloridos volúmenes informes y cipreses que se elevan hasta el cielo. Posteriormente se incluyeron el Jardín Italiano (1926), que se ubicó en detrimento de las pistas tenis que tenia la familia Butchart, y la Rosaleda (1929) que se situó en lugar de la huerta culinaria.

En la actualidad, los jardines se engloban dentro del estilo paisajístico Art & Craft y es la bisnieta de los Butchart la encargada de la dirección del espacio verde. Tienen el privilegio de ser considerado como Sitio Histórico Nacional de Canadá desde 2004 y reciben la friolera de un millón de visitantes al año, dato muy relevante por tratarse de unos jardines. Las imágenes hablan por sí solas. Seguro que se ha generado la tentación de indagar en busca de vuelos baratos con Expedia.es y realizar una escapada.

Fuente del Dragón Butchart Garden
Jardín Japonés Butchart Garden

Jardín Japonés Butchart Garden
Jardín Italiano Butchart Garden
Fuente Ross Butchart Garden

Lago de la Estrella Butchart Garden


Fuente imágenes:Wikimedia Commons

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Trepadoras para un muro

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Ahora que de improviso se ha instalado el frío (veremos cuánto dura), me vienen a la cabeza imágenes de corte más otoñal. Quizás de plantas que cubren someramente un muro, el material no importa y el lugar bien podría ser un paisaje de la sierra o un jardín de estilo rústico. El utilizar trepadoras para tapar paredes es un recurso muy común en el diseño de jardines, en unas ocasiones porque no gusta la pared y la queremos tapar, en otras ocasiones para integrar el muro dentro del conjunto del jardín y mimetizarlo con el ambiente.
Hiedra (Hedera helix

Las trepadoras son plantas que no necesitan mucho volumen de sustrato donde desarrollar sus raíces y tampoco suelen requerir una cantidad elevada de agua de riego. Podemos decir que son austeras y resistentes. El nombre “trepadora” se lo han ganado por la capacidad que poseen para escalar muros de varios metros de altura, aunque difieren entre ellas en el método que emplean para conseguirlo. Las hiedras, por ejemplo, utilizan pequeñas raicillas aéreas que van dejando ancladas en la superficie de la pared. Por esta circunstancia son también de muy fácil propagación. La parra virgen o las buganvillas, en cambio, utilizan hojas o tallos modificados en nuevos órganos y que les sirven para ir avanzando en altura por el muro. Las primeras utilizan los llamados zarcillos y las segundas clavan espinas en la pared. Finalmente, encontramos trepadoras como el jazmínque presentan tallos flexibles con la capacidad de entrelazarse y enrollarse en cualquier saliente que pueda encontrar a lo largo del ascenso.

Las plantas trepadoras no solo sirven para tapar paredes, vallas o muros, pues también se utilizan para cubrir columnas y troncos de árboles, siempre y cuando, no se cree una competencia por los recursos entre ambas especies vegetales. Pero puede ocurrir que el árbol que deseemos cubrir se trate únicamente de troncos y ramas sin vida. En este caso, las trepadoras nos pueden servir para cambiar el aspecto de árbol muerto por otro elemento del jardín dotado de vitalidad, dinamismo y movimiento. La capacidad de crecimiento rápido que poseen las plantas trepadoras y otros atributos como son belleza y aroma de las flores, contribuyen a la revitalización que volverá a poner en valor ornamental el árbol que deseamos recuperar para el diseño del jardín.

La elección de las trepadoras más apropiadas, como el resto de especies vegetales, dependerá de la zona climática donde se ubique el espacio verde que vamos a poblar con nuevas plantas. Aunque es cierto que las especies trepadoras normalmente presentan una gran capacidad para soportar condiciones difíciles de cultivo.

El hecho de la enorme resistencia que poseen las plantas trepadoras, puede ser motivo de incremento del mantenimiento y cuidados del jardín. Las podas deberán ser frecuentes para poder mantenerlas a raya sin invadir espacios que no les corresponden o podemos optar por cultivar variedades enanas como ficus pumila cuyo desarrollo no es tan desproporcionado. Las ventajas que obtenemos para el jardín de ellas son múltiples y una vez instaladas se aclimataran rápidamente al nuevo ambiente produciendo un efecto positivo casi inmediato en el conjunto del espacio verde. 
              
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Siguiendo los caminos del jardín

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Una de las máximas del diseño de jardines es planificar los caminos y senderos que tendrá el mismo, pues será indicador de la zonificación en función de los usos que queremos obtener. La correcta planificación nos evitará problemas posteriores como el pisar por espacios con vegetación y que unen zonas de distinto uso mal conectadas. Pero al margen de los aspectos técnicos, considero que los caminos del jardín deben esconder lugares por descubrir, convirtiéndose en senderos hacia la imaginación y la fantasía. Caminos de pura seducción que inviten a adentrarse en ellos.

Monks Garden (Boston) 

Un jardín que lleva hasta su última expresión crear “senderos hacia la imaginación” es Monks Garden, diseñado por Michael Van Valkenburgh. Para entenderlo tenemos que viajar en el tiempo hasta 1903, cuando la aventurera y filántropa Isabella Stewart comienza a exponer obras de arte procedentes de Europa, Asía y América que durante años había estado coleccionando en su mansión de Boston (Fenway Court). Esos fueron los primeros pasos de un museo que en la actualidad que lleva el nombre de la mujer que lo imaginó, Museo Isabella Stewart, y en cuyo interior se exponen obras de artistas como Veermer, Rembrandt y Manet.

La estrecha relación que existe entre arte y jardín, quiso que Isabella Stewart se implicase en la construcción del jardín de un museo que más de un siglo después incluyó una importante muestra de colección de arte moderno y contemporáneo. Aunque para ésta nueva ola de arte, se construyó un edificio anexo al antiguo y que fue encargado al arquitecto italiano Renzo Piano. En 2012 se abrió el nuevo museo y que poseía un pequeño jardín adyacente que se llamó Monks Garden.

Michael Van Valkenburgh diseño un espacio verde sin más pretensión que el de ser un lugar que no eclipsara al museo, un jardín en el que el visitante iría a verlo simplemente por el hecho de ir hasta allí. Sería un espacio que no llevaría a ninguna parte en un sentido funcional y solo se iría al jardín por estar en el jardín. Monks Garden se inauguró el 18 de septiembre de 2013, surcado por serpenteantes senderos que emulan las erráticas rutas que recorren los visitantes en las galerías del museo para conocer las colecciones artísticas.

En el jardín se usaron eléboro y helecho como plantas que creasen una cubierta vegetal a nivel del suelo, mientras que se plantaron árboles de porte piramidal para crear una pantalla visual que no permitiera ver a donde te lleva cada sendero. Monks Garden consiste en un espacio vivo para la contemplación, pasear y realizar pequeñas reuniones informales a las que accedes por senderos que giran caprichosamente hasta llegar a áreas que se encuentran por descubrir.





Fuente imágenes: mvvainc.com 
    
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Podemos ayudar a abejas e insectos beneficiosos a encontrar refugio en la ciudad

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La importancia de las abejas para la asegurar continuidad de la vida en el planeta tierra es indiscutible. Son insectos que contribuyen a realizar la polinización de las flores, es decir, a la perpetuación de la mayoría de las plantas. Si nos centráramos solo en el aspecto agrícola o productivo, el dato es que las abejas melíferas polinizan la tercera parte de los cultivos que posteriormente consumimos.

Abeja polinizadora

En la actualidad, la población de abejas polinizadoras se ha visto muy mermada como consecuencia de la aplicación de insecticidas de neurotóxicos, hecho que ha provocado la prohibición de su uso en muchos países. Pero también el crecimiento de las ciudades y la polución, han sido factores que han incidido negativamente en la polinización de las abejas.

Una abeja que vuela en entornos urbanos debe sortear numerosos obstáculos. Poniéndonos en el lugar de muchas abejas que necesitan un suelo mullido para anidar, encontramos que en las ciudades el pavimento o el asfalto, así como, superficies de tierra muy compactadas por acción de las pisadas, impiden el acceso al nido. Las islas con flores deben estar a escasa distancia porque se hace necesario regresar al nido varias veces al día llevando polen y néctar, pero la tarea se complica debido a que los espacios naturales en entornos urbanos se encuentran muy fragmentados.

Crear un corredor verde que facilite la unión entre los distintos espacios verdes de la ciudad, tendrá un efecto positivo al comunicar a las abejas con el lugar donde anidan. También se verán favorecidas por el estilo de diseño paisajístico que presenten las diferentes zonas verdes de la ciudad.

En este sentido, recientes estudios han demostrado que las abejas polinizadoras se sienten más cómodas en jardines con praderas floridas. En especial en jardines diseñados siguiendo la “New Wave Perennials Planting” (Nueva Ola de Hierbas Perennes), que además utilizan en sus plantaciones especies vegetales autóctonasfavoreciendo el crecimiento de las poblaciones de abejas locales. Otros tipos de jardines, que usen plantas exóticas, también favorecen el incremento del número de abejas en la ciudad, pero son especies de carácter generalistas. 
       
Además de crear jardines urbanos cultivados con hierbas autóctonas, para que las abejas encuentren un hogar en la ciudad se pueden colocar los llamados hoteles para insectos. No son exclusivos para las abejas, pues su uso se amplía a otros insectos que, o bien también son polinizadores, o bien, realizan una función que resulta beneficiosa para el medio natural como por ejemplo pueden ser las crisopas o las mariquitas.

Los hoteles para insectos comenzaron a utilizarse hace más de un siglo en Inglaterra, aunque su uso era meramente para contemplar a los insectos, mientras que hoy en día cumplen una función ecológica. Consisten en cajas de madera de distintos tamaños y con varios compartimentos. Dentro de éstos se colocan diversos materiales, ladrillos, ramas apiladas, troncos con cavidades,… etc., y es donde anidan los insectos beneficiosos.

En resumen, podemos ayudar a las abejas y los insectos beneficiosos en convivir en las ciudades favoreciendo la anidación en el suelo, creando nexos de unión con praderas floridas y con la colocación de hoteles para insectos beneficiosos en jardines urbanos. Además, el cultivo de especies de plantas nativas favorecerá la supervivencia de las abejas e insectos locales que se encuentran asediados por el crecimiento de las ciudades con espacios verdes de escasa biodiversidad vegetal.

Hotel de insectos
Fuente imágenes:Wikimedia Commons
     
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Convertir una autopista en desuso en un jardín de altura

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El éxito en la creación del jardín High Line de Nueva York, diseñado por el paisajista holandés Piet Oudolf sobre vías de tren abandonadas, ha marcado un precedente que puede llegar a cambiar el trazado verde de las ciudades en el futuro próximo. Espacios degradados reconvertidos en modernos parques, una altura lo suficientemente elevada como para servir de mirador a la ciudad, lugares reservados de reunión para los visitantes y, sobre todo, el aumento de la economía de los negocios asociados a los nuevos jardines elevados, han contribuido a la proliferación de esta nueva forma de ver el entramado verde urbano. 

Aspecto de Skygarden cuando llega la noche 

Otra infraestructura urbana que en el pasado cayó en desuso, ha cambiado el gris plomizo de la ciudad por una variedad de colores donde destaca el verde. Se trata de Seoullo 7017,  una pasarela elevada de 983 metros de largo sobre lo que durante décadas fue una autopista y que se inauguró el pasado mes de mayo en Seúl (Corea del Sur).

El nombre Seoullo 7017 proviene de la fusión de “calle de Seúl” con el ‘70’ del año que la estructura se inició como autopista (1970) y el ‘17’ del número de pasarelas de acceso que posee. Pero el jardín elevado es también conocido como Skygarden o Skypark y fue proyectado por el estudio de arquitectura MVRDV, que al igual que Piet Oudolf es de origen holandés. En la vía, que posee 16 metros de ancho, se cultivan 24.000 especies vegetales que incluyen árboles, arbustos y plantas de flor cuya procedencia es principalmente coreana. El paseo presenta contenedores circulares de varios tamaños y es donde se ha plantado la abundante vegetación, la cual contrasta con las líneas níveas del pavimento y el mobiliario.

Los contenedores no son solo meramente decorativos, pues están proyectados para cumplir una función divulgativa y educacional. Cuando se recorre Skygarden, dejando a los lados los maceteros de diversos tamaños y alturas, observamos que están organizados en grupos por familia vegetal que, a su vez, se ordenan siguiendo el alfabeto coreano. Esta estrategia de agrupación alfabetizada ayuda a dividir el jardín elevado en distintas secciones que van mutando con el paso de las estaciones. El efecto conseguido ofrecerá al visitante distintos espacios de identidad cambiante respecto a la textura vegetal, la fragancia y el color.

La antigua autopista es ahora un jardín elevado que conecta a los ciudadanos de Seúl con la naturaleza y la vegetación autóctona coreana. Siguiendo la hoja de ruta que inició High Line en Nueva York, en Skygarden ya podemos encontrar tiendas, cafeterías, restaurantes, centros de información y está previsto que cuente próximamente con un vivero que producirá plantas para replantar otras áreas de la ciudad.

Skygarden  


Vistas desde Skygarden




Fuente imágenes: wikimedia commons
 
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Vertical Garden Eco Bin en Londres

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Cada vez son más los negocios que se suman a incluir un jardín vertical dentro del recinto laboral. Ya sea en empresas que quieren crear un ambiente de trabajo agradable para sus empleados o en locales de abiertos al público para crear igualmente un entorno naturalizado gracias a la abundante vegetación en la que se ven envueltos.

Restaurante Nando’s Putney Kitchen en Londres (Reino Unido)

La importancia que pude tener la incorporación de un muro vegetal trasciende los beneficios naturales, pues un jardín vertical también puede convertirse en un elemento que produzca un retorno de la inversión realizada en su implantación gracias a la repercusión que puede llegar a alcanzar.
Incluso, un jardín vertical puede alzarse con un premio dándole otro valor añadido. Eso mismo es lo que ha ocurrido con LondonEco Bin Vertical Garden, que ha conseguido recientemente ser premiado en el Concurso Internacional Bar and Restaurant Design Awards 2017.

El muro vertical se encuentra instalado en una de las paredes del Restaurante Nando’s Putney Kitchen en Londres (Reino Unido) y fue creado por Singular Green en el año 2015. El curioso proyecto se encuentra en la sala principal del restaurante y recibe la iluminación natural directamente desde el exterior, pues el techo de vidrio del local permite el paso de la luz del sol contribuyendo a la iluminación necesaria que necesitan las plantas para vivir.

La pared fue cubierta con una malla impermeabilizadora del soporte vertical sobre el que se sustentaría el jardín. Posteriormente se procedió a colocar la malla geotextil y la instalación del sistema de riego, conjunto que quedaría oculto pero con espacio suficiente en la pared para poder realizar las labores de mantenimiento.

El siguiente paso en el proceso de construcción del jardín vertical y el que más llama la atención, fue construir un “botellero” de terracota que queda parcialmente al descubierto tras el follaje. Las celdas de terracota, algunas de color verde y blanco, el resto de color de la cerámica, quedaron cubriendo los 30 metros cuadrados de superficie del muro vegetal. No todas las celdas poseen la misma longitud, pues algunas se cortaron en bisel formando un ángulo de 30º para crear un efecto de irregularidad en la trama y no caer en una monotonía visual. También se taparon con corcho las celdas desocupadas por plantas, provocando un aislamiento del jardín vertical aún mayor. El riego se produce por acción de la fuerza de gravedad. Los emisores se encuentran en la parte superior del jardín vertical y se distribuye homogéneamente a través del geotextil. El agua queda almacenada en las células porque se han llenado previamente con un sustrato especial que realiza esta función de retenedor acuático. 

La configuración de Vertical Garden Eco Bin, con sus celdas/botelleros de terracota, amortigua el ruido producido por la actividad del restaurante y conforma un espacio relajante. Un restaurante tranquilo que posee un jardín con Adiantum peruvianum, Adiantum fragrans, Chlorophytum comosum “variegatum”, Cyrtomium falcatum, Phlebodium aureum y Nephrolepsis exaltata. Vegetación abundante capaz de absorber las partículas contaminantes y los orgánicos volátiles, mejorando la calidad del aire en el interior del restaurante. 

Detalle celdas Vertical Garden Eco Bin London



 Detalle Vertical Garden Eco Bin London

           
Fuente imágenes: Singular Green 
   
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La flor que anuncia el invierno

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Si existe una flor en todo parterre, jardín y parque público que se precie y que anuncie la llegada del invierno como un cuervo blanco en Juego de Tronos, esa es sin duda la flor del ciclamen. Claro que hablar de ciclamen es mencionar a una especie vegetal que engloba a un grupo heterogéneo de tubérculos con más de seiscientas variedades, las cuales presentan diferentes flores en tamaño: pequeño, mediano, grandes y gigantes. Además, si a esta diferencia de tamaños unimos que los colores de flor pueden llegar a alcanzar más de 150 tonos, las posibilidades de decoración en el jardín se hacen inmensas.

Ciclamen

El ciclamen o cyclamen es una planta de herbácea que normalmente se suele plantar en parterres por temporadas, pero que en realidad cabe la posibilidad de continuar con su presencia en espacios verdes. No es un bulbo, pero se puede propagar y conservar de forma parecida a éste. Ciclamen es un tubérculo, un tallo subterráneo que la naturaleza ha modificado y engrosado para acumular nutrientes de reserva para la planta. Lograr que el ciclamen dure más de un año una vez que ha perdido la vegetación, consiste en sacar el tubérculo del sustrato y guardarlo en un lugar seco, con poca luz, para volver a plantarlo en agosto.

Estrictamente no es cierto que sea una planta sólo de floración invernal y primaveral, pues al poseer tantas variedades, las hay también de floración veraniega y otoñal. La más cultivada en la Península Ibérica es Cyclamen persicum var. autumnalis, que es una variedad descubierta en Oriente Medio y que florece durante otoño. Parece que su introducción en Europa Central y el Norte de África se debió al uso que daban a la flor diversas órdenes religiosas para decorar altares y cementerios.

En España el ciclamen fue introducido por el jardinero origen Austriaco Rudolf Klobuznik que emigró en 1935 para trabajar como encargado en el Jardín de la Rosa en Madrid, uno de los pocos viveros de planta ornamental que funcionaba como tal en aquella época. Tras la Guerra Civil y la II Guerra Mundial, Rudolf Klobuznik estableció su propia empresa de propagación de planta ornamental en Hoyo Manzanares también muy cerca de Madrid. Una vez que echó raíces en el país, pues se caso con una española con la que tuvo tres hijos, se dedicó al cultivo y propagación siempre en busca de prácticas de cultivo donde primaba la calidad final de la planta sobre el aumento desproporcionado de producción con riesgo a una falta de viabilidad vegetal. 

En el caso de Cyclamen persicum, Klobuznik en 1945 consiguió que soportara y se adaptara a los rigores de la climatología en la Península Ibérica mediante una mezcla de variedades. El resultado del esfuerzo del jardinero austriaco ha sido una planta que es ampliamente cultivada en muchos jardines y parques públicos en toda la geografía española.

Pero el ciclamen no solo se puede cultivar en parterres, también es una especie vegetal apta para plantar en macetas embelleciendo un patio o un balcón. Incluso es posible usarla como flor cortada.  Los cuidados que precisa son, primero, colocarla en un lugar con iluminación de semisombra, segundo, riego abundante de octubre a mayo esperando a que el sustrato se seque entre una aplicación de agua y la siguiente para evitar la asfixia radicular dejando el riego más moderado para la época de reposo (de mayo a septiembre) y, tercero, evitar la aparición del hongo patógeno de la Brotitis aireando bien la planta, no mojando nunca hojas y flores, así como, eliminando las partes afectadas cuando aparecen. Siguiendo estos cuidados, tendremos flor hermosa para noviembre.  

Cyclamen persicum. Ilustración de William Curtis
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Baños muy naturales en el jardín

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El agua es uno de los elementos más cautivadores en un jardín. Hace de regulador térmico, refresca el ambiente, es imprescindible para la vida de las plantas, refleja la vegetación, el cielo, las nubes, la luna,…. El agua puede llegar a ser magnética, sobresaliendo cuando el jardín se encuentra diseñado apropiadamente buscando el equilibrio entre todos los elementos que lo constituye.

Piscina Natural

Esta es la razón por la que el agua participa en los espacios verdes, en todas sus facetas, incluida en forma de piscina para uso lúdico. Pero estamos acostumbrados a la piscina tradicional, la que suele ser rectangular o, en contadas excepciones, con alguna forma circular. La que es necesario limpiar con regularidad para eliminar los restos en suspensión que acaban allí y en las que hay que diluir cloro para evitar que acabe corrompida por mantenerse estanca.

El uso láminas de agua en el jardín destinadas al baño, no es nuevo pues ya los árabes utilizaban las albercas de riego para sus huertas de placer con este fin. Estas albarcas no necesitaban de tantos cuidados como las piscinas modernas porque al circular el agua por canales para regar, se iba renovando con frecuencia.

Muy parecido a estas albercas árabes, ha surgido una reciente forma de entender el baño lúdico en los jardines en forma de piscinas naturales o biológicas. Obviamente, estas piscinas que recrean ambientes acuáticos utilizan la tecnología que existe en la actualidad, pero sin perder esas características de emular a la naturaleza. Paisajísticamente son un acierto porque pueden mimetizarse perfectamente con el estilo de jardín en el que se integran.

Para remontarnos al origen de las biopiscinas, tenemos que marcharnos en el tiempo hasta principios de la década de los 80’s, cuando se empezaron a construir las primeras piscinas naturales en Australia. Tras casi tres décadas, su uso se extiende por todo el mundo y no solo en jardines particulares o pequeños, pues se construyen piscinas naturales en grandes cadenas de hoteles que eligen este nuevo concepto de baño natural. También existen piscinas biológicas de uso público en Centro Europa, especialmente en Alemania.

Las piscinas naturales poseen dos partes claramente diferenciadas, una zona de baño y otra zona depuradora. En esta última, encontramos plantas oxigenantes y grava que realizan la labor de limpieza del agua eliminando las partículas que sirven de nutrientes a las algas. El  agua no permanece inmóvil y circula a través de un sistema de bombeo para ir regenerándose al pasar por el filtro natural. De esta forma evitamos el uso de sustancias químicas para la limpieza, así como, la frecuencia de la misma.

En el concepto no se excluyen bacterias beneficiosas para la limpieza, pues también entran a formar parte de la piscina dentro del ecosistema acuático. Así mismo, es posible introducir en la zona depuradora peces que contribuyen a la higiene del agua alimentándose de larvas de insectos.

En conclusión, al realizar un baño natural en una piscina biológica en el jardín, encontraremos que la relación con el agua es parecida a la que encontramos en plena naturaleza. Sentiremos algo similar a un baño en un lago o un río.




Fuente imágenes: wikimedia commons

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Un jardín que emerge desde el trazo de un pincel

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A veces es complicado determinar qué fue primero, si un lienzo que describe un hermoso jardín o es el propio jardín el inspirador de la pintura. En el caso de los jardines ingleses de Stourhead House, ambos conceptos están entrelazados de tal manera que es imposible separar arte de jardín. No es de extrañar que el “genio del lugar” ande pululando entre la vegetación que lo habita. 

Lago de los Jardines de Stourhead.

El germen que dio lugar a los Jardines de Stourhead se gestó cuando el poeta romano Virgilio desarrolló la aventura completa del joven Eneas tras la caída de Troya, tal y como Homero siglos antes había mencionado en la Ilíada. Los jardines fueron diseñados Henry Hoare II, propietario del lugar durante el siglo XVIII, un gran coleccionista de obras de Gaspart Dughet, Nicolas Poussin y Claude Lorrain. En especial, una pintura de éste último pintor italiano y que retrata el descenso de Eneas al inframundo, inspiran los jardines.

La construcción de los jardines se llevó a cabo entre 1741 y 1780, recreando un lago en torno al cual crecen bosquecillos y colocando distintos monumentos que evocan a la Grecia Clásica. En estos templos, en piedras talladas, se citan los pasajes del viaje de Eneas. El lago se creó mediante la contención de un pequeño arroyo. Entre las construcciones que posee esparcidas entre pinceladas de vegetación, encontramos un templo dedicado al dios Apolo, otro templo dedicado a la diosa Flora, un puente paladino de cinco arcos, una gruta y una casa rural (Gothic Cottage). También se diseñó un camino irregular de suaves pendientes y gracias esta característica, al recorrerlo, el caminante puede contemplar un panorama donde quedan difuminados los límites del jardín con el paisaje natural circundante.
   
La superficie de la propiedad, con una dimensión de 1.06 hectáreas, al igual que otros jardines históricos ha ido sufriendo variaciones. Un espacio verde, al ser una construcción protagonizada por plantas, tiene la capacidad de crecer, desarrollarse y evolucionar. Así que cuando el nieto de Henry Hoare, Richard Colt Hoare, heredó Stourheaden 1783 realizó profundos cambios en la propiedad. En el jardín se construyó un cobertizo  y se eliminaron algunos elementos que discrepaban con estilo neoclásico que imperaba en el jardín, incluida una jaima que poseían los jardines. De ésta época es también la plantación del bosquecillo que crece en una de las laderas de la colina donde se ubica el templo de Apolo.

Los Jardines de Stourhead se encuentran cerca de Mere, en el condado de Wiltshire, Inglaterra. En 1946, el último miembro de la familia Hoare quedó sin herederos y desde aquel año Stourhead pertenece a la Fundación Nacional para Lugares de Interés Histórico (National Trust), una organización que se encarga de conservar y dar valor a monumentos y enclaves de interés en Inglaterra.

Los datos de horario de vista, precios y forma de llegar hasta los Jardines de Stourhead, los puedes consultarla aquí.

Puente y Panteon.

La Gruta.

Templo de Apolo en Stourhead, vista desde una colina.
Fuente imagenes: wikimedia commons 

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Otoño en el arboretum

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Desde que se creara el primer jardín botánico en la Universidad de Padua en 1545, las hojas de los árboles han caído durante muchas estaciones. En todo este tiempo los jardines botánicos han ido especializándose por especies vegetales y ya existen colecciones de orquídeas (orquidiarium), palmeras (palmetum), cactus (cactarium) o plantas alpinas (alpinum), entre otros varios tipos de agrupaciones de plantas.

Arboretum de Balaine (Francia)

Las colecciones o conjuntos de árboles reciben el nombre de arboretum y el primero que utilizó el término fue el paisajista escocés John Claudius Loudon en 1833 para The Gardener’s Magazine (la revista del jardinero). No obstante ya existían, repartidos por toda Europa, arboretos que actuaban como colecciones de arboles y ejerciendo las funciones de jardín botánico en lo que respecta a la investigación botánica y posterior divulgación de los conocimientos adquiridos.

Una de las características que poseen los arboretum, es sin duda la capacidad de mostrar el otoño con singular belleza. Al tratarse de una colección de árboles procedentes normalmente de todo el mundo, ya sean de naturaleza caduca o perenne, conservan los pigmentos que obran la magia del cambio cromático en las hojas. En las especies arbóreas se observa especialmente nítido el efecto del otoño en la vegetación con respecto a otras plantas.

La fotosíntesis es el proceso biológico que se realiza en las hojas de las plantas y que consiste en la recepción de la energía de la luz del sol y su posterior transformación en energía química. La clorofila es un pigmento de color verde que intervine en este proceso, pero cuando desciende la disponibilidad de luz solar porque los días se acortan con la llegada del otoño, son otros los pigmentos que se muestran en las hojas. Los carotenos o las ficobilinas son pigmentos que se encuentran eclipsados por la clorofila, pero que cuando ésta disminuye su presencia con la llegada de las estaciones frías, toman protagonismo mostrando otros colores de hojas como marrones, rojas, amarillas, etc.

Los arboretos también han servido de ejemplo para parques públicos que hoy en día gozan de una inmensa fama. Éste es el caso de Central Park en Nueva York, que fue proyectado por el arquitecto paisajista Frederick Law Olmsted tras un viaje que realizó buscando inspiración de algunos parques europeos. Los árboles que se plantaron en Central Park, fueron influencia del Arboreto de Derby, que precisamente perteneció a J.C. Loudon hasta que se hizo de uso público en 1840.

Las alternativas de encontrar la bella estampa de un arboreto en otoño son muy variadas, porque se encuentran distribuidos por muchos países. Y el poder llevarse un recuerdo gráfico de un viaje único realizando turismo de jardines es posible, gracias a cámaras réflex de alta calidad como la Canon EOS 1300D. Con un sensor óptico de 18.70 Mp, pantalla LCD de 3’’ y la capacidad de gravar video de 1080p, se puede obtener un regalo para llevar a casa (y a los propios recuerdos) inigualable. 

Kornik Arboretum (Polonia)

Pruhonice Park (Republica Checa)

Sofiyivski Park (Ucrania)

Westonbirt Arboretum (Inglaterra)
Fuente imagenes: wikimedia commons 

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El jardín de invierno

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El cambio climático es un hecho, para que vamos a negar lo contrario a estas alturas y para que van los gobiernos y las grandes multinacionales a ocultarnos algo evidente. Quizás ya es incluso tarde para hacer algo al respecto. Por lo pronto en Sevilla, la ciudad donde vivo, nos han arrebatado el otoño y ha sido sustituido de forma jocosa por otra estación, el “veroño”. Ha dejado de existir una transición gradual desde el verano al invierno. A principios de noviembre, de un día para otro, hemos pasado literalmente de vestir manga corta al calor de un abrigo.  
 
Hama-rikyu Garden en Tokio (Japón)

¿Cómo viven esta situación las plantas? Después de escribir en numerosas ocasiones que lo ideal es elegir especies vegetales autóctonas o naturalizadas para crear un espacio verde, porque son éstas las mejor adaptadas al entorno donde viven y tienen más posibilidades de subsistir creciendo con vigor, ahora se hace complicado definir la planta ideal para el lugar donde la queremos cultivar. A pesar de todo, esta máxima para la elección de las plantas de un jardín, debemos seguir manteniéndola porque a priori siguen siendo la opción más ecológica y de mayor posibilidad de éxito.

Las plantas viven esta situación de forma algo caótica. Los árboles, por ejemplo, no saben si florecer, echar las hojas al suelo o detener su actividad por la llegada del invierno. Son múltiples los casos de plantas que han vuelto a florecer a destiempo y después el frío a acabado con este rebrote anacrónico haciéndoles daño. Probablemente, aquellas que presenten mejores atributos naturales para afrontar el cambio climático, serán las que consigan sobreponerse al resto. Esto es pura evolución natural, tal y como ya nos contó Darwin. Dentro de unos pocos años (muchos menos de los que deberían de forma natural), veremos que plantas predominan en detrimento de otras que quedarán extintas, creándose un grave desequilibrio en la biodiversidad.
 
¿Cómo se supera en el jardín el intenso frio? Para empezar diré que el jardín de invierno no tiene que ser feo. No estaría de más que ampliáramos nuestro concepto de jardín hermoso y supiéramos valorar positivamente nuestro espacio verde en cualquier época del año. Por otro lado, es cierto que si hemos preparado el jardín pensando casi exclusivamente en las altas temperaturas porque es lo habitual, la conservación del mismo se puede complicar. No obstante, existe algunas prácticas de cultivo que podemos aplicar en nuestro jardín para hacer más llevadero el invierno.

Proteger las plantas o cambiarlas de lugar: Las plantas herbáceas que cultivamos en parterres sobre la propia superficie del lugar, podemos cubrirlas con una protección de forma cónica que la encierre completamente desde la base. Las plantas que cultivamos en macetas, se pueden introducir en un invernadero si dispones de él o podemos convertirlas durante una temporada en “plantas de interior” e introducirlas en casa.

Estufas y fuentes de calor: Introducir el fuego como elemento decorativo en el jardín, no es una idea nueva. El proteger los cultivos agrícolas delicados del frio encendiendo estufas, tampoco. Existen muchos modelos de estufas que se pueden colocar al aire libre y si le añadimos una forma de mover el aire caliente en el jardín, ayudaremos a distribuir mejor el calor. Otra ayuda sería el uso de acolchados o mulchpara el suelo y proteger a la raíces del frio.

Eliminar la escarcha: En la medida de nuestras posibilidades, debemos sacudir las ramas y las zonas húmedas de las plantas para eliminar la escarcha y evitar que se formen necrosidades por efecto de la helada. Una ventilación adecuada puede contribuir a disminuir la humedad también.

Abonado: Cuanto más vigorosa sea una planta y mejor sea su estado de salud, mayor será su rusticidad para afrontar cualquier vicisitud. En el caso de un abono genérico, siempre recomiendo uno de triple acción con nitrógeno, fosforo y potasio que se presenta en la forma comercial de pequeñas bolitas azules. La dosis adecuada es aproximadamente la cantidad de bolitas azules que ocupa una cucharilla de café por planta. Las plantas acidófilas como las azaleas, las camelias y los rododendros, son especialmente sensibles en esta época del año por presentar una delicada fase vegetativa. El abono específico para plantas acidófilas será el adecuado en este caso.

Fuente imagen: Wikimedia commons
       
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Las expediciones botánicas y las ilustraciones que nos dejaron

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El descubrimiento de América no solo trajo un período de conquistas y colonizaciones por parte del Viejo Mundo sobre el Nuevo. Fue el pistoletazo de salida por descubrir que cultura, civilizaciones, flora y fauna albergaban regiones hasta entonces desconocidas, dando lugar a las expediciones científicas. También significó un período de competencia atroz entre países, que lidiaban por ser los primeros en reclamar el conocimiento de lo inhóspito.

Tillandasia(Tillandasia sp.). Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Signatura: DIV. III A-307. Archivo del Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid. © RJB-CSIC.


Entre estas expediciones, se encuentran las que tuvieron como objetivo arrojar luz  sobre las especies vegetales procedentes del Nuevo Mundo. En la expedición se recolectaban semillas, frutos, se trasportaban plantas enteras, así como, hojas y flores que se disecaban para su conservación y estudio. No faltaron tampoco las ilustraciones botánicas, algunas con anotaciones, que representaban las especies vegetales que se iban descubriendo. Curiosamente, esas mismas láminas ilustradas están de actualidad porque son muy utilizadas para decoración de interiores.

En el caso de España, las expediciones botánicas de mayor envergadura con objeto de crear un inventario de la naturaleza de América fueron la Expedición Botánica al Virreinato de Perú, la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada y la Real Expedición Botánica a Nueva España. Estos viajes científicos se realizaron por ser tres virreinatos que poseían una elevada biodiversidad y que pertenecían por entonces a la corona española.

Muchas de estas láminas se conservan en el Real Jardín Botánico de Madrid y son utilizadas para crear el calendario anual que por estas fechas publica dicho organismo. Yo tengo varios de los últimos años y muchas de las láminas ya cuelgan en las paredes de mi hogar. El calendario de 2018 está ilustrado con la colección de dibujos de la Expedición de Juan de Cuéllar a Filipinas.

Expedición Botánica al Virreinato de Perú: El territorio que abarcaba esta expedición fue la superficie que hoy son los actuales Chile y Perú. Al mando de la expedición estaba Hipólito Ruiz López y le acompañaron el médico francés Joseph Dombey, el farmacéutico José Antonio Pavón y Jiménez y los ilustradores de plantas José Brunete e Isidoro Gálvez. La aventura duró aproximadamente once años (de 1777 a 1788),  tiempo durante el cual ocurrieron todo tipo de percances: motines de los dibujantes, enfrentamientos entre los expedicionarios o  el abandono de Dombey, que fue sustituido en 1784  por el agregado botánico Juan José Tafalla y el dibujante Francisco Pulgar.

El éxito de la expedición fue la recolección de 3.000 especies vegetales, 2.500 ilustraciones y numerosos envíos de semillas y plantas vivas al Real Jardín Botánico de Madrid. Una vez que finalizó la expedición en sí, Tafalla, junto a los dibujantes Xavier Cortés y José Gabriel Rivera, continuó en Perú enviando más material e ilustraciones. Durante este período se elaboró  la Flora Huayaquilensis, un compendio botánico de las especies vegetales que abarcaban el territorio del actual Ecuador y que permaneció inédito hasta 1991.

Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada: Se inició en 1783 y tenía por objeto el conocimiento de la flora y fauna del territorio comprendido por la actual Colombia. Participaron en la expedición un nutrido grupo de científicos y artistas liderados por el médico personal de Carlos III, el sacerdote gaditano José Celestino Mutis. Entre los expedicionarios que acompañaron a Mutis, se encontraban el presbítero Juan Eloy Valenzuela como subdirector, los dibujantes Pablo Antonio García, Francisco Javier Matiz y Salvador Rizo, el botánico Sinforoso Mutis Consuegra, los científicos Francisco Antonio Zea, el naturalista Jorge Tadeo Lozano y el científico Francisco José de Caldas. El resultado de 30 años de trabajo, fue la recolección y clasificación de 20.000 especies vegetales y 7.000 animales.

Real Expedición Botánica a Nueva España: Fue una de las más complicadas de todas las expediciones botánicas, con una duración de 16 años y una extensión de territorio que incluía las actuales Guatemala, Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo, México y California. Los líderes fueron el naturalista José Mariano Mociño y el botánico Martín de Sessé, contando con la presencia de los dibujantes Atanasio Echevaria y Vicente de la Cerda. La expedición botánica se caracterizó por la extraordinaria calidad y cantidad del material reunido que incluyó un registro de 797 géneros botánicos y 1.334 especies vegetales de plantas. Además, no solo tuvo como objeto únicamente vegetales, pues el estudió comprendió aves, peces, insectos, mamíferos, anfibios, reptiles, crustáceos y arácnidos.

Caldasia(Caldasia sp.). Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Signatura: DIV. III A-90. Archivo del Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid. © RJB-CSIC.

Pontederia(Pontederia limosa). Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Signatura: DIV. III A-239. Archivo del Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid. © RJB-CSIC.

Epidendro(Epidendrum elongatum). Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Signatura: DIV. III A-376. Archivo del Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid. © RJB-CSIC.

Maxillaria(Maxillaria sp.). Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Signatura: DIV. III A-432. Archivo del Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid. © RJB-CSIC.

Heliconia(Heliconia stiletiodes). Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Signatura: DIV. III A-610. Archivo del Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid. © RJB-CSIC.

Hamellia(Hamellia sp.). Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Signatura: DIV. III A-1270. Archivo del Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid. © RJB-CSIC.

Solandra(Schultesianthus Hunz). Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Signatura: DIV. III A-1541. Archivo del Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid. © RJB-CSIC.

            
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El otoño de la morera

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Encontrar un árbol en Sevilla que muestre una idílica estampa otoñal es una empresa harto complicada. Aislados si, mezclados con los típicos colores verdes de fondo, como la Gleditsia triacanthos por ejemplo, pero otros como la Melia azedarach o la Jacaranda mimosifolia, aunque se plantan en viario, dejan resultados poco llamativos. La melia porque deja muchas “claras” en la copa junto a frutos e, incluso, con flores. La jacaranda porque echa las hojas de repente, sin cambiar de color ni nada, durante dos o tres semanas en febrero y luego las vuelve a recuperar. Tal vez, sea el plátano de sombra (Platanus x hybrida) el que mejor luzca en viario el otoño, pero el color pardo de sus hojas no resalta tanto como el amarillo brillante de la morera.  

Morera en los Jardines de la Buhaira

Morus alba y Morus nigra, son las dos especies más comúnmente plantadas en parques y jardines en España. En Sevilla, hay una arboleda de morera en Los Jardines de la Buhaira que al llegar el otoño deja una cúpula amarilla realmente espectacular. Además, los árboles se van tomando su tiempo en ir tornando las hojas de color verde a amarillo y las hojas no se desprenden rápidamente pues permanecen con ese color durante varias semanas en el árbol.

Este conjunto de dos jardines, que se encuentra partido por la Avenida de la Buhaira, lejos de lo que pueda parecer, no es un jardín de origen árabe. De hecho, lo único antiguo que conserva es una alberca, el resto es una recreación de jardín hispano-árabe que se construyó en la década de los 90’s del siglo pasado. Se incluyeron estanques alargados, fuentes de estilo neomudéjar, paseos bajo olivos, una plantación de naranjos, palmeras del género phoenix, mucho seto de mirto en los parterres y otros tantos setos de rosal floribunda como evocación del antiguo rosal silvestre (Rosa canina) que se plantaba en época musulmana.

Desafortunadamente, uno de los espacios más emblemáticos desde el punto de vista paisajístico que poseían los Jardines de la Buhaira, ha desaparecido y, después de muchos años, no parece que vaya a ser recuperado. Se trataba de un arriate (los ingleses lo llamarían border mix), plantado con numerosas aromáticas de las que tan solo queda alguna salvia olvidada.

Sin embargo, las moreras continúan en pie creando ese túnel de verdortan refrescante en verano y tan colorido en otoño. A mí siempre ha sido un árbol que me ha gustado mucho por la sombra tan tupida que produce. Eso sin hablar de los ricas que están las moras en primavera, aunque esto último es cada vez menos frecuente porque se está plantando mucho la variedad Morus alba ‘fruitless’ que no posee frutos y ahorra costes de mantenimiento. Las moreras de la ciudad que aún dan frutos, cada vez que tengo la oportunidad las voy “recolectando” y me las como para asombro de muchos viandantes y como gentil colaboración con el Servicio de Parques y Jardines.

Las moreras del Jardín de la Buhaira, no dan frutos pero proporcionan un enorme valor ornamental al jardín. La cúpula, que estos días se ha vuelto amarilla, no es muy alta, pues las moreras son árboles que no alcanzan mucha altura. Puede que su cultivo implique realizar una mayor labor de mantenimiento, pero su presencia en un jardín está más que justificada por las excepcionales virtudes paisajísticas y agronómicas que atesora.


  
           
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El dudoso destino de los olivos centenarios

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Desde hace algunos años, en las Smart Cities que estamos creando, se trasplantan desde las tierras de labor los olivos que con el tiempo han dejado de ser productivos. Olivos de longeva trayectoria, pero con aún mucha vida por delante, son reemplazados por otras variedades más jóvenes y productivas, dando con sus retorcidos troncos en espacios verdes. Si el trasplante tiene éxito, acaban malviviendo lejos del lugar donde han crecido.

Olivar

Lo curioso es que en muchas ocasiones, es preferible esta vida en el exilio que ser objeto de la tala y venta posterior de madera con la que encender las chimeneas en invierno. En alguna ocasión he entablado debate con algunos tuiteros sobre la conveniencia del traslado a la rotonda o mediana de turno en cualquier carretera que el fin último del apeo. No olvidemos que una explotación agrícola no deja de ser un negocio y, por tanto, se rige por los vaivenes de la economía y la política, que en el caso del olivo, se encuentra muy influenciado en Europa por los designios de la PAC.

El olivo probablemente es el cultivo de una especie arbórea más antiguo del mundo. Su cultivo para producción de aceite de oliva se originó hace 6.000 años en Mesopotamia alrededor de lo que en su día fue la antigua cultura Persa. Desde la llamada región de la “Media Luna Fértil”, su cultivo extendió por todas las zonas bañadas por el Mar Mediterráneo. En España, es tal el grado de naturalización que han alcanzado los campos de olivar, que es considerado como parte de los “bosques” propios de la Península Ibérica, aunque en su día fuese una planta “exótica invasora”.

¿Qué proporciona el olivo paisajísticamente al jardín? El olivo (Olea europea), es un árbol de pequeño porte, de hojas perennifolias con poco follaje y adaptadas a la sequía mediante vellosidades blancas que posee en el envés que evitan la perdida de agua por evapotranspiración. Las retorcidas formas que presenta su tronco, que a veces se divide en dos o tres, ha sido la característica paisajística que ha cumplido la función de  valedor para su inclusión en los espacios verdes urbanos. Tal es la resistencia a la poda y la capacidad que tiene de alcanzar diversas formas, que en muchas ocasiones los olivos de jardín han sido víctimas de podas que los asemejaban a bonsáis… pero en grande. A pesar de su rusticidad y adaptación a la falta de agua, el gran inconveniente que tienen los olivos de jardín está asociado a uno de los grades males que presentan las ciudades, la proliferación de polen capaz de producir elevada alergia a los ciudadanos.  
            
El ideal de los olivos centenarios, es lo ocurrido con los ejemplares de Valencia. La Ley de Patrimonio Arbóreo de la Comunidad Valenciana protege a los árboles y conjuntos arbóreos que sean excepcionales en cuanto a su edad, porte u otros acontecimientos históricos, culturales, científicos, de recreo y ambientales, evitando así que puedan ser objeto de traumáticos trasplantes o apeos definitivos. El resto de regiones, todavía no se ha llegado a estos niveles de protección del patrimonio arbóreo. Por eso, y aunque es el mal menor, al menos muchos de estos olivos ancianos pueden conformarse con vivir exiliados, subsistiendo de forma precaria, en espacios verdes urbanos y garantizar así su continuidad.

Fuente imagen: Pixabay  
               
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En búsqueda y captura

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Algunas plantas de jardín han entrado en una dinámica muy parecida a los prófugos de las películas. Se busca viva o muerta, podría ser un buen titulo para definir el estatus jardinero que posee hoy en día la hierba de la Pampa (Cortaderia selloana), que ha pasado de ser una de las pocas gramíneas que se plantaban de forma generalizada en parques y jardines, con protagonismo absoluto en medio de una pradera gracias a su densa panícula blanca, para acabar convertida en planta invasora de las más virulentas. En la actualidad es buscada para su completa erradicación.

Hierba de la Pampa (Cortaderia selloana)

Hay quién considera que muchas de las plantas que hoy en día son consideradas invasoras son producto de los jardineros que las han cultivado, pues les han proporcionado un lugar magnífico donde crecer y desarrollarse, echando a un lado a las plantas autóctonas. Y es que las plantas que pertenecen a la misma región climática, son susceptibles de colonizar cualquiera de estas regiones. En el caso del clima mediterráneo, que se distribuye en California, Chile, Sudáfrica, Sur de Australia y el propio Mediterráneo, son lugares donde las plantas pueden encontrar acomodo perfectamente en cualquiera de las otras zonas afines según el ambiente que les rodea.

Pero decir que el factor de la aparición de plantas invasoras se debe a la actividad de la jardinería, es posiblemente algo exagerado. El verdadero peligro ecológico con el establecimiento de poblaciones de plantas aloctonas, es el desconocimiento de las especies vegetales y la botánica por la que se rigen. Si en los viveros y garden centers se informa explícitamente a los compradores de los riesgos que conlleva comprar una planta exótica y si los jardineros que realizan nuevas plantaciones están bien formados, se evitarían muchos problemas de índole ecológica porque las plantas cultivadas se pueden controlar con los trabajos de jardinería. Claro está, previniendo antes de que se produzca la invasión.  

Al parecer la hierba de la Pampa cruzó el Atlántico procedente de Argentina, y con destino el norte de España, mezclada con granos de otras gramíneas para fines alimenticios en la década de 1940. El valor ornamental de aquel “plumero” blanco pronto se hizo extensible a los jardines y a las floristerías donde también era muy apreciada para arreglos florales. Pero la hierba de la Pampa encontró en la humedad ambiente y las temperaturas suaves, un excelente medio por el que propagarse a lugares donde no había sido invitada, poniendo en grave riesgo los ecosistemas que iba colonizando. En la actualidad, la hierba de la Pampa se encuentra incluida dentro del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y su venta está prohibida en el Península Ibérica.

El control de la hierba de la Pampa se puede realizar por varios medios. Lo principal es eliminar las panículas antes de que aparezcan, aunque existen varias formas de poner en práctica ésta labor siendo unas más respetuosas con el medioambiente que otras. El fuego es inútil, porque las raíces sobreviven bajo el suelo y pueden verse afectadas las plantas autóctonas cercanas. Es posible utilizar también un herbicida foliar para acabar con la Cortaderia selloana. Pero las formas más ecológicas para establecer un control sobre la hierba, es realizar siegas continuas y, sobre todo, el pastoreo con ganado antes del crecimiento del plumero para evitar la reproducción a través de semillas. 


    
Fuente imágenes: Pixabay       
          
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Lo que debes conocer sobre la propagación de plantas ornamentales

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Una pregunta muy frecuente sobre jardinería es si al cotar una ramita de esta u otra planta crecerá un nuevo individuo igual. La respuesta es que depende del tipo de especie vegetal de la que estemos hablando, porque existen plantas que les resulta más fácil propagarse por esquejes que otras y éstas, a su vez, pueden presentar otro tipo de forma de propagación con la que consigan hacer crecer su población.

Estolones de Chlorophytum comosum. Los tengo puesto en un tarro sumergiendo el estolón en agua como un cultivo hidropónico hasta que los trasplante a una maceta con sustrato. Ya han comenzado a desarrollar las nuevas raíces y se aprecia claramente.


La semilla es el modo de propagación más natural que puede poseer una planta pues éstas contienen el embrión dentro del fruto con la posibilidad de dar origen a una nueva planta. La forma de propagar una planta mediante la siembra es tan sencilla como enterrar la semilla en sustrato dentro de una bandeja de alvéolos y regar hasta que se produzca la germinación. No obstante, la latencia, que en principio resulta una eficiente forma de protección de las platas frente a los depredadores, para los productores viveristas puede resultar un verdadero quebradero de cabeza.

Las latencia es una respuesta que realizan las plantas ante una condiciones medioambientales adversas, con lo que la semilla permanece sin germinar a la espera de un momento más oportuno. Las condiciones protectoras de un vivero se entienden como adecuadas, así que ante las distintas formas de latencia (químicas, físicas o mecánicas), hay que realizar una serie de prácticas para romperlas. Puedes visualizar el siguiente artículo en el que profundizo sobre las distintas latencias y como evitarlas pinchando aquí.

Sin embargo, al mismo tiempo que unas especies vegetales crean sistemas para proteger la continuidad de las nuevas plantulitas que emergerán del suelo, otras han desarrollado métodos de propagación vegetativa con la que obtener una población muy elevada de descendientes con el fin de que sobrevivan un porcentaje elevado de ellos a pesar de que las condiciones del ambiente en el que se desarrollaran no sean idóneas.

La propagación vegetativa es una forma de reproducción asexual que poseen las plantas y que consiste en la regeneración vegetal a partir de una célula, un tejido o un órgano (raíces, tallos, ramos u hojas) de la planta progenitora. La propagación vegetativa puede darse porque la planta posee un propágulo que ha desarrollado como un órgano natural, o porque poseen una capacidad natural para desarrollar raíces a partir de una rama que funcionará como esqueje.

En cuanto a los propágulos que podemos encontrar de forma natural (y con los cuales es posible obtener una nueva planta para nuestro jardín), son fácilmente identificables. Pueden ser: rizomas o tallos subterráneos con varias yemas, tubérculos o tallos engrosados que acumulan nutrientes con una única yema, los bulbos u órgano de almacenamiento de nutrientes subterráneo y grupo de plantas a la que pertenecen los tulipanes, estolón o tallo lateral que brota de la base del tallo y, finalmente, un cormo que es un tallo engrosado y retorcido con abultamientos sobre los que salen las yemas.

Por último, tenemos los esquejes o fragmentos de la planta progenitora que al introducirlos en sustrato son capaces de desarrollar raíces. El resultado obtenido es un clon de la planta original. Pero ocurre que no todas las plantas poseen la misma facilidad para desarrollar raíces a partir de un trozo de otra, por eso para estos casos es común el uso de auxinas como catalizador del enrizamiento. Las auxinas son unas hormonas naturales de las plantas que actúan como reguladoras del crecimiento vegetal. Se pueden extraer y ser utilizadas para provocar el desarrollo de raíces de los fragmentos de una planta progenitora y es posible encontrarla en el vivero o garden center para los que nos gusta practicar la jardinería.
     
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La eterna variabilidad vegetal 

El bambú y un viaje exótico

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Construyendo árboles

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En caso de no tener los árboles que deseamos los construimos…. Este deseo formulado a modo de capricho es lo que debieron formularse los creadores de la Arboleda de Súper Árbolessituados en Los Jardines Junto a la Bahía de Singapur. Un lugar que en muy poco tiempo se ha convertido en uno de los destinos para el turismo de jardines favoritos por los amantes de los espacios verdes a nivel mundial.

Supertree Grove

Las cifras hablan por sí solas: en el año 2014 hubo 6,4 millones de visitantes recorriendo las 100 hectáreas de los Jardines Junto a la Bahíaen Singapur. Es más, el espacio verde diseñado por las firmas inglesas Grant Associates y Dominic White y que es un emplazamiento que se ha logrado gracias a arrebatar terreno al mar, ha tenido que dosificar las visitas que recibe para evitar un posible deterioro.

Entre los espacios que contiene este impactante jardín, se encuentra Supertree Grove (la Arboleda de Súper Árboles), un singular bosqueconstruido por hasta 18 ejemplares de árboles sostenidos sobre una estructura metálica que pueden alcanzar entre los 25 metros y los 50 metros de atura. Incluso, existe una pasarela elevada por la que se puede recorrer la distancia entre dos de los Supertree y así contemplar una panorámica de altura de los Jardines Junto a la Bahía. 
   
Los Súper Árboles no han perdido la referencia a la naturaleza. Entre la superficie metálica que los sostiene, existe una variedad de plantas que alberga helechos, vides, orquídeas exóticas y una amplia colección de bromelias entre las que se encuentra la Tillandisia. En total, están compuestos por más de 162,900 plantas que comprenden más de 200 especies botánicas. Cada uno de ellos tiene cuatro partes diferenciadas: la base de hormigón, un tronco, paneles donde se plantan las especies vegetales y el dosel.  
También son árboles que realizan las funciones ecológicas propias de sus primos lejanos del mundo natural. Poseen unos paneles de células fotovoltaicas que captan la luz solar y la transforman en energía eléctrica, algo similar al proceso fotosíntesis de las plantas solo que éstas transforman la luz en energía química. La electricidad generada es empleada, por ejemplo, para la espectacular iluminación nocturna de los Supertree. Así mismo, los gigantescos árboles metálicos pueden recoger el agua de la lluvia para ser usada en el riego del jardín.

Los Jardines Junto a la Bahía se encuentran ubicados en el número 18 de Marina Gardens en Singapur. Para obtener un mapa y las distintas opciones de llegar hasta los jardines pincha aquí. Una última recomendación, no perderse el espectáculo nocturno de luz y música de Supertree Grove llamado OCBC Garden Rhapsody.

Vista área de Supertree Grove

Vista de la Skayline de Singapur desde los Jardines Junto a la Bahía
Supertree Grove cuando cae la noche
Fuente imágenes: wikimedia commons 

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Una avenida de Sóforas inspiradora

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El otro día tuve la suerte de pasar por el Parque de María Luisa, en pleno invierno y cuando comenzaba a llover, y la estampa que dejaba este emblemático parque de Sevilla no podía ser más bucólica e inspiradora. Entre los trazos paisajísticos que me dejó la jornada, me gustaría extraer el retrato que daba rienda suelta a la imaginación y al noble arte de “juntar” palabras de la bautizada por el saber popular jardinero como Avenida de las Sóforas.

Avenida de las Sóforas en el Parque de María Luisa.

El Parque de María Luisa se encuentra partido en dos por una Avenida de Magnolios y que recorre desde el exterior del espacio verde en la Glorieta de los Marineros hasta la Plaza de España. De esta avenida salen perpendicularmente otras dos vías asfaltadas que discurren paralelas y que engloban en el espacio que existe entre ambas parterres de tupida vegetación, la Isleta de los Patos con el exótico pabellón donde según cuenta la leyenda el rey Alfonso XII declaró su amor a Doña María de las Mercedes, el Jardín de los Leones y el Monte Gurugú. La vía más próxima a la Plaza de España es la Avenida de las Plátanos de Sombra, mientras que la vía más cercana al Río Guadalquivir es la Avenida de las Sóforas.

Si ponemos el nombre oficial a cada avenida que hemos rebautizado con el nombre extraoficial de la plantación arbórea que la guía, quedaría de la siguiente forma: la Avenida de los Magnolios es realmente la Avenida Rodríguez de Caso, la Avenida de los Plátanosde Sombra es la Avenida de Hernán Cortés y, finalmente, la Avenida de las Sóforas es la Avenida de Pizarro. Pero dando igual el nombre que usemos, el espacio verde que envuelve todas estas vías del parque se caracteriza por su exuberante frondosidad, con una gran mayoría de especies vegetales de hoja caduca que al llegar el invierno presenta un aspecto bucólico y romántico.

La Sófora o Styphnolobium japonicum(anteriormente conocida como Sophora japonica), a pesar de hacer referencia en la espacie a Japón, en realidad es una árbol procedente de China. Es una especie arbórea de talla grande, copa globosa y hojas compuestas. Junto con la Robinia y la Gleditsia, forma el triunvirato de árboles urbanos conocidos como falsas acacias.

Es un árbol muy utilizado para diseñar jardines por su rápido crecimiento, por la densa sombra que proyecta en verano y dejar pasar la luz hasta su base en invierno, así como, por ser resistente a la contaminación atmosférica y ser un valioso aliado absorbiendo CO2 atmosférico. Recibe también el nombre de Árbol del Rosario, debido a que sus frutos están dispuestos de forma monoliforme, es decir, las legumbres se colocan una detrás de la siguiente, separadas unas de otras por numerosas constricciones, confiriéndole ese aspecto de rosario que se acentúa mucho más cuando la Sófora pierde las hojas.


Isleta de los Patos y el pabellón.
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