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El Jardín del Edén existe y viene del futuro

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Esta afirmación parece totalmente cierta cuando observamos las cinco semiesferas geodésicas de Eden Project, un jardín muy real que tiene como objetivo llamar la atención sobre la importancia en conservación de los recursos y la contribución de la diversidad vegetal a la vida humana. Inaugurado en el año 2001, se ha convertido en uno de los reclamos para el turismo de jardines de Cornualles (Reino Unido), lugar donde se encuentra ubicado.

Vista exterior de Eden Project

El Proyecto Edén es un complejo medioambiental con una superficie de aproximadamente de 50 hectáreas de extensión imaginado por Tim Smit, quien tomó como fuente de inspiración a la naturaleza y el desarrollo sostenible. Posteriormente, el arquitecto Nicholas Grimshaw fue el encargado de hacer realidad la fantasía de Smit.

El lugar elegido para la construcción de este futurista jardín fue una antigua cantera de caolín con la idea de reforzar el aspecto de regeneración ambiental que poseía el proyecto. Tras dos años y medio, Eden Projet abrió sus puertas con la forma de cinco enormes esferas que se asemejan a plástico con burbujas para embalar y que en conforman dos invernaderos cada uno de los cuales contiene un ecosistema diferente: ecosistema de clima tropical húmedo y ecosistema de clima mediterráneo. En el exterior del recinto, existe también un jardín botánico poblado con plantas y fauna nativa del Reino Unido.

Las cinco cúpulas constituyen una estructura geodésicacontigua, las cuales constan de un material fabricado con miles de células plásticas, hinchadas con aire y que poseen forma hexagonal. A su vez, toda esta cobertura se sostiene sobre marcos de acero. La estructura es completamente autosuficiente sin soportes internos. En su interior viven miles de especies vegetales entre las que se encuentran platas de café, cacao o bambú, en el invernadero de ecosistema tropical, y cítricos, aloes o vides en el invernadero de clima mediterráneo. Una vez en su interior, hay un camino serpenteante que al recorrerlo, va mostrando la vegetación de los dos ecosistemas, incluyendo numerosas esculturas como la abeja gigante y el hombre WEEE, una figura imponente construida con aparatos eléctricos en desuso y que representa el residuo de componentes electrónicos medio de una persona a lo largo de su vida.

El diseño del proyecto incluye aspectos ecológicos como un sistema de captación del agua para crear las condiciones de humedad ambiental necesaria del clima tropical, así como, utiliza energía eléctrica proveniente de un aéreo-generador cercano a Cornualles. Además, posee su propia planta de elaboración abono.

En el año 2006 se incorporó a las instalaciones El Núcleo, una instalación educativa que surge para promover la educación ambiental entorno a la relación existente entre las plantas y las personas. Nicholas Grimshaw desarrolló la geometría del techo de El Núcleo según la base matemática de la proporción aurea de espirales opuestas que se encuentra presente en muchas plantas como en la disposición de las semillas de girasol o las piñas de las coníferas donde las capas leñosas se superponen.

Eden Project abre sus puertas a los visitantes en horario desde las 10 horas hasta las 16 horas.  Se encuentra situado cerca de la ciudad de St Austell, en el condado de Cornualles, al suroeste de Inglaterra. La dirección completa es Eden Project, Bodelva, St Austell, Cornwall, PL24 SG, Reino Unido.

Invernadero clima tropical

Invernadero clima mediterráneo

El Núcleo
Estructura hexagonal mirando desde el interior

Hombre WEEE
De noche en Eden Project

Fuente imágenes: wikimedia commons
 
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Causa y efecto en el jardín

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Kaoru Ishikawa fue un químico japonés cuyo aporte a la humanidad fue la implementación de los sistemas de calidad modernos a los procesos industriales. Es considerado el padre del análisis científico al establecer que todo efecto es provocado por una causa que lo precede. Estableció unos gráficos en los cuales se agrupaban por categorías todas las causas de los efectos, que él consideró problemas a resolver.

El diseño adecuado evita efectos no deseados en jardines

También llamado diagrama de espina de pescado, el diagrama causa-efecto consiste en una representación gráfica sencilla en la que se aprecia nítidamente una línea horizontal que se dirige al problema a analizar y que conforma la espinacentral. A su vez, en los bordes superior e inferior del diagrama se colocan las causas que se unen a la línea central y que con flechas constituyen las espinas del pescado.

Esta herramienta es muy utilizada para realizar análisis durante los procesos creativos, como por ejemplo durante la tormenta de ideas (Brainstorming), y, por supuesto, el diseño de jardines no es ajeno a éstas técnicas. Pero podemos profundizar mucho más en esta idea y reconocer que un jardín, al estar creado con elementos vivos, al constituir un paisaje, se encuentra irremediablemente imbuido en una vorágine causas con sus correspondientes efectos. 
   
En el primero de los dos casos, el diseño de jardines, tenemos que tener muy presente al proyectar el nuevo espacio verde aspectos como un sistema de riego realmente eficiente, donde se aplique únicamente el agua necesaria para el desarrollo de las plantas y donde no se acabe regado espacios no vivos. Un ejemplo serian los caminos del jardín, los cuales deben también encontrarse correctamente proyectados, uniendo cada espacio de manera lógica para evitar que se “abran” otros caminos adicionales por praderas que deben permanecer sin calvas.

Incluso cuando ya tenemos nuestro jardín, al realizar los distintos trabajos de jardinería, tenemos que realizar prácticas culturales apropiadas que no menoscaben el vigor de las plantas. Siempre hay que recordar que existen algunos tipos de poda que son muy dañinas para los árboles, como los desmochados, y que cuando queremos echar algún abono en la tierra, existen unas indicaciones de uso detalladas por el fabricante en el envase del producto. Un abonado excesivo, puede provocar el irreversible quemado químico de las plantas.

En el segundo de los casos, las causas naturales, son más difíciles de evitar por lo imprevisible que pueden llegar a ser. No obstante, se puede ser previsor y anteponerse a los posibles agentes medioambientales que pueden amenazar a nuestro jardín. La más básica, primordial y que resume al resto, es el conocimiento de la zona donde se va implementar el espacio verde (climatología anual, estudio composición del suelo, analítica del agua de riego,…) y, sobre todo, la elección de las especies vegetales adecuadas a este estudio previo del lugar donde se creará el jardín. Una especie adaptada al lugar, poseerá los atributos naturales que la harán una candidata firme a no mermar por acción del medio que la rodea.

El camino del jardín debe ser atractivo, una invitación a transitar por él 

El riego del jardín debe ser eficiente
Fuente imágenes: pixabay  
       
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Las casas del bosque… en espiral

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¿Quién no ha soñado alguna vez con vivir en la casa del bosque de un cuento? A priori puede parecer que la fantasía es un una fuente de inspiración que nos aleja de la realidad y nos separa de la metodología práctica que nos hace avanzar tecnológicamente. Ya sabes, el manido tema de “tener los pies en el suelo”.  Pero la realidad es que la fantasía es una fuente inagotable para crear casi todo lo que te propongas. Una referencia en este sentido son los libros de Julio Verne (“viaje a la luna”, “20.000 leguas de viaje submarino”,…), pues fueron considerados en su época como ciencia ficción pero de cuyas páginas se han extraído muchas realidades actuales.
 
Bosque Espiral (Waldspirale)

El complejo residencial de viviendas el Bosque Espiral (Waldspirale), situado en la localidad alemana de Darmstadt bien puede ser considerado una fantasía hecha realidad. Fue construido en la década de los 90’s del siglo pasado y es producto de la imaginación del artista austríaco Friedensreich Hundertwasser. Posteriormente el proyecto lo hizo realidad el arquitecto Heinz M. Springmann.

El peculiar edificio, si lo miramos a vista de pájaro, tiene forma de U y va ascendiendo desde uno de sus extremos hasta el otro llegando a alcanzar una altura de 12 plantas, siendo éste el punto más alto. Nada en el edificio es ordenado. No existen las líneas rectas. Posee una infinidad de ventanas repartidas a capricho y ninguna de ellas posee la misma forma. La fachada del Bosque Espiral es también policromática, aunque es cierto que en este caso los colores parecen estratificados por alturas y encontramos beige, amarillos, rosados, blancos, añil,…. El edificio posee incluso algunas cúpulas que se asemejan a las ciudades que se describían en los cuentos de “las mil y una noches”.

El tejado verde en pendiente está sembrado con una pradera en la cual también habitan hierbas, flores, arbustos y árboles. Algunos de estos árboles no se encuentran en el tejado, pues se ubican integrados con las viviendas y asoman por varias de las ventanas. Normal teniendo en cuenta que la filosofía con la que se imaginó este complejo de viviendas se encaminó desde un principio hacia lo ecológico y el reciclaje, estableciendo como prioritario la evocación de la naturaleza. Por esta razón, las casas del Bosque en Espiral se construyeron con 12.000 metros cúbicos de hormigón reciclado y posee un sistema de recolección e infiltración del agua de lluvia que es reutilizada para riego.

En este sentido, acerca de los tejados verdes, F. Hundertwasser realizó una declaración en 1988 en la que declaraba la importancia que tienen y tendrán en el futuro inminente: “Los techos verdes son las cubiertas del futuro. Será difícil imaginar que hubo una vez cuando los techos estaban muertos, sin vida y sin vegetación.” Por la imaginación de Friedensreich Hundertwasser trascurrieron aproximadamente unos  40 edificios, siendo el Bosque Espiral uno de los últimos.

En total, el edificio de apartamentos Waldspirale contiene 105 viviendas, para unos residentes que disfrutan de un exuberante y frondoso patio interior que posee zona de juego para niños, lugares de esparcimiento y hasta un pequeño lago artificial. Los visitantes también pueden acceder al interior, pues el edificio cuenta con una agencia de viajes, una tienda de recuerdos, un restaurante, un bar y, lo más atractivo para visitas esporádicas, una cafetería en el tejado desde la que se puede disfrutar de las vistas de la ciudad de Darmstadt en un entorno de lo más natural.

Torre del Bosque Espiral (Waldspirale)

Cúpulas del Bosque Espiral (Waldspirale)
En este interesante video de YouTube sobre el Bosque Espiral, en el que se entrevista a algunos de sus inquilinos, al arquitecto Heinz M. Springmann y se reproducen declaraciones de Friedensreich Hundertwasser antes de su desaparición, se puede observar la magnificencia del edificio Waldspirale. 


Fuente imágenes: wikimedia commons 

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Nuevas tendencias en cultivos y sus beneficios para el bienestar

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En los últimos años, se ha producido un incremento notable por cultivar de forma sostenible y con destino el autoconsumo nuestras propias hortalizas. Una inquietud generalizada en las ciudades actuales, pero que no se trata de una costumbre reciente pues encontrar un huerto en el jardín, o directamente un huerto, asociado al hogar y al paisaje urbano siempre ha sido muy habitual.

Mesa para huerto urbano

Desde la década de los 80’s, los huertos urbanos han ido ganado importancia incorporando en este incremento nuevas tendencias encaminadas a mejorar la calidad de vida y de los productos que consumimos, potenciando la educación ambiental, fomentando las relaciones sociales familiares y la regeneración urbana. Este interés por los cultivos urbanos se ha visto favorecido con la creciente preocupación de la sociedad por el medioambiente y el deseo de cambiar los hábitos alimentarios.

La falta de espacio ha dejado de ser un inconveniente porque en la actualidad existen en el mercado un número de opciones muy variadas con la que convertir cualquier rincón del hogar en un cultivo urbano, así como, una fuente de bienestar. Podemos cultivar nuestro propio huerto urbano en lugares tan dispares como una pared, un alféizar, un balcón, una terraza, una azota y, por supuesto, proporcionarle un espacio prioritario en un jardín.

Huertos urbanos de cultivos en pared: Es posible cultivar tus hortalizas, hierbas aromáticas o legumbres en una pared del hogar que se encuentre en desuso y deseamos darle una nueva utilidad, así como, proporcionarle de una imaginativa forma de decorar al dotarla de vida. Existen en el mercado estanterías de madera de pino que le confieren un estilo rústico y con unas dimensiones ideales para realizar todas las labores que necesite nuestro huerto urbano.

Estantería de pared
Jardinera a tres alturas
Huertos urbanos de cultivos en el alféizar: Tener unas plantas de flor para decorar el exterior de una ventana, es una práctica que se lleva realizando desde tiempos remotos. Pero podemos dar una vuelta de tuerca, pasar de lo meramente estético y añadir a lo hermoso una función práctica al cultivar en el alféizar unas hierbas aromáticas que cuando alcancen su estado optimo de recolección, podamos utilizar como condimento para las comidas. En este caso, existen diversas dimensiones para elegir y que se adapten al tamaño del alféizar.

Jardinera de mimbre
Huertos urbanos en cultivos de balcón y terraza: Las mesas de cultivo son a priori una buena elección para tener un huerto urbano en casa. Pero es cierto que dependiendo del espacio que podamos aprovechar en estos lugares del hogar, tendremos la opción de combinar jardineras y mesas de cultivo para trabajar nuestro huerto urbano. Las mesas de cultivos están disponibles en diversos materiales (plástico, madera, metal,…) y colores. Además cuentan con ruedas, aportando la comodidad de poder desplazarlos de un lugar a otro en función de las necesidades de los vegetales, así como, el trabajo de mantenimiento que tengamos que realizar.

Mesa de cultivo en terraza
Huertos urbanos para cultivos en azoteas y jardines: Partiendo de que en estos lugares del hogar hay más espacio, podríamos incorporar a los mismos un huerto urbano de madera. Los jardines son zonas verdes tal y como los entendemos, pero las azoteas suelen ser espacios degradados que no tienen utilidad. Afortunadamente, se está propagando el concepto de Green Roof (tejado verde) en entornos urbanos como una forma de proporcionar una utilidad a las azoteas y como un medio para hacer a las ciudades más sostenibles. Los huertos urbanos de madera consisten en unos cajones de madera que se dividen con paredes en compartimentos más pequeños a modo de retícula, a su vez, cada uno de estos compartimentos posee una malla que protege la madera aislándola de la humedad. Los huertos urbanos de madera se colocan en el suelo y pueden proporcionar una sensación de continuidad con el espacio verde cuando cultivamos en un jardín.

Huerto urbano de madera

Descubre Deco&Lemon
, una web donde se encuentran todos estos medios de huerto urbano que nos ayudan a obtener una mayor calidad en los alimentos que consumimos y nos permiten fomentar las relaciones sociales, particularmente con los más pequeños de la casa a los que potenciamos el conocimiento ambiental. Pero especialmente, nos acercan a una meta que nos marcamos y que no es otra que el bienestar. 
                   
Fuente imágenes: Deco&Lemon

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Gertrude Jekyll y el jardín del cambio

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El pasado 29 noviembre de 2017, Google rendía un merecido homenaje a la figura de Gertrude Jekyll con un doodle. Se cumplía la efeméride del cumpleaños de esta destacada paisajista y horticultora inglesa. Por esta razón, el artista Ben Giles representó en aquel doodle una florida escena de colores cálidos y frescos sobre una pradera, mientras que sitúa a Gertrude Jekyll a un lado de la ilustración contemplando el paisaje.

Barrington Court 

No es de extrañar que el doodle represente una escena similar a lo que sería un jardín natural, pues Gertrude Jekyll imprimió un estilo de diseño de jardines donde los espacios rebosaban exuberancia vegetal y colorido floral. La paisajista inglesa fue muy polifacética abarcando diversas disciplinas: taxonomista, acuarelista, escritora,…, en definitiva, una artista apasionada por la naturaleza y cuya gran obra fue la de crear un concepto de jardín que evoca el medio natural.

El paisajismo que desarrolló Gertrude Jekyll constituye un punto de partida, iniciado hace más de 100 años, hacia un nuevo mundo en el diseño de espacios verdes. El jardín natural es en esencia unir esfuerzos para trabajar con la naturaleza. Un concepto muy distinto de jardín al que había hasta la fecha, pues el jardín había sido una manifestación de poder del ser humano que ansiaba dominar y cambiar esta misma naturaleza.

En el jardín natural hay una explotación, pero de todos los acontecimientos que ocurren de forma natural y así aprovecharlos para crear espacios vivos que se mimetizan con las condiciones ambientales del lugar. Un método para diseñar jardines basados en la agrupación de especies vegetales que forman parte del jardín, según su afinidad con el paisaje en el que se incluye, adquiriendo, una técnica de diseño mediante la profunda y continua observación del medio natural.

Gertrude Jeckyll concentró su trabajo de paisajismo en la aplicación de éstas premisas, observando el comportamiento de las plantas en una amplia diversidad de entornos para después trasladar el conocimiento adquirido a jardines, bosques y, en especial, a los arriates vegetales (mixed borders), que le dieron fama mundial como paisajista.

Guidada por estas convicciones, Gertrude Jekyll llegó a realizar más de 400 jardines en Europa y América, así como, escribió numerosos libros de paisajismo y más de 1.000 artículos sobre la composición y distribución de las plantas en el jardín. Además, su manera de escribir sobre jardinería no era solo una cuestión informativa, pues además imprimía cada publicación con una clara inclinación pedagógica. Sus  libros y artículos han servido de influencia a paisajistas del siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI. Una muestra a añadir a la genialidad de Gertrude Jekyll, que invirtió toda la creatividad y dedicación que daba al reino vegetal, no solo a crear unos jardines con nítida vocación natural, sino también a ilustrar a una nueva ola de paisajistas que la sucederían. Una paisajista que estaba convencida de que el conocimiento de la belleza del paisaje natural era primordial para acercar el concepto de jardín a la naturaleza. 
Castillo Lindisfarme 

Hestercombe Gardens

Mixed Border 

Fuente imágenes: wikimedia commons    

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Fiebre por el Membrillero Japonés

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Es cierto que puede resultar complicado encontrar flores en esta época, pero no imposible. Lo que es realmente curioso es el caso del Membrillero Japonés (Chaenomeles japonica), que es capaz de presentar una hermosa y aparentemente delicada flor carmesí, resplandeciente con luz propia, pero al mismo tempo dejar en segundo plano un retorcido conjunto de ramillas completamente desnudas al carecer de hojas verdes que las cubran.

Membrillero Japonés (Chaenomeles japonica)

El darme grandes paseos por parques y jardines junto a mi fiel Duncan, me ha costado un constipado, con dolor de garganta y fiebre, de los que hacen época. En pleno temporal de frío y nieve que está asolando el norte de España, en Sevilla alcanzar 4º centígrados es como si estuviéramos en La Ponía. Tampoco me voy a quejar, pues como dice el refrán: “sarna con gusto no pica” y darme grandes paseos envuelto en espacios de naturaleza urbana es uno de los grandes placeres que tiene mi vida. Además, cuando te traes como botín fotográfico el espectáculo de la bella flor del Membrillero Japonés, hace que la fiebre haya merecido la pena.

El dedicarme a los jardines y la jardinería, tiene como resultado el observar cualquier espacio verde desde un punto de vista analítico y crítico. Me fijo en todos los detalles y me encanta descubrir aquello que para mi tiene un enorme valor aunque para otros pase totalmente desapercibido. Por supuesto, también encuentro muchos errores de diseño en el jardín o de ejecución de la obra de jardinería. Y al hilo de esto último, me encuentro en infinidad de ocasiones que en una alineación de arboles, todos de la misma especie, se cuela algún congénere de otra diferente. Por ejemplo, en una alineación de Jacarandas(Jacaranda mimosifolia) te encuentras de repente un Jabonero de la China (Koelreuteria paniculata). Esto ocurre principalmente en obras nuevas, cuando plantan los árboles a raíz desnuda y solo poseen un escuálido tronco caduco de hojas. Reconocer las especies en este estado es muy difícil y únicamente la experiencia te proporciona esa capacidad para distinguir unas especies arbóreas de otras. Por esta misma razón, las obras de ejecución de jardinería deben incluir equipos multidisciplinares al desarrollarla, porque no todo es obra civil.

Pero me estoy desviando del tema, y yo he venido hoy a hablar del Membrillero Japonés. Un arbusto de familia de las rosáceas y que es una apuesta segura para dar color en febrero, así como, aportar un enorme valor ornamental al jardín durante todo el año. De origen asiático, Chaenomeles japonica es un arbusto espinoso que requiere riego moderado en verano, pero que en invierno no requiere tanta agua. Le gustan lugares donde reciba el pleno sol, pues es en esas condiciones cuando luce más su atractivo floral. La floración es invernal, aunque puede tener otra estival menos copiosa. ¡Y todo se aprovecha del Membrillero Japonés! Pues su fruto es comestible y muy utilizado para elaborar mermeladas.

Flor de Membrillero Japonés

 
Fruto de Membrillero Japonés
           
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El jardín de lo diminuto

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Desde muy pequeño me he sentido fascinado por todos los acontecimientos que ocurrían en cualquier arriate o maceta que poseían mi madre y mi abuela. Cualquier simple suceso, mi imaginación lo transformaba rápidamente de insignificante hecho a improbable fantasía. Y no era raro verme jugando con mis muñecos de acción, que en numerosas ocasiones debían escapar de las redes de una peligrosa araña y en otras ocasiones reconducían la frenética actividad de las hormigas. Aquello me permitió desarrollar una percepción especial sobre el hecho de que al margen de nuestras ajetreadas vidas, existe un jardín de lo diminuto frágil y ajeno por completo al ser humano.

Larva de Helicoverpa armigera devorando una cápsula de algodón.

Quizás debido a esto, mi primera inclinación laboral cuando acaba mis estudios universitarios fue el de la entomología y la sanidad vegetal. Durante los últimos nueve meses de carrera, estuve como alumno interno del Departamento de Ciencias Agroforestales realizando un proyecto de investigación sobre la Heliotis (Helicoverpa armigera), una plaga muy dañina de algunos cultivos agrícolas como algodón o tomate, y que a la postre se convirtió en mi proyecto final de carrera en el que, por cierto, obtuve sobresaliente.

La cría de Heliotis en laboratorio tiene su metodología que sigue, como no, el método científico. Pero para no extenderme mucho en esto, diré brevemente que mi labor consistía en preparar una rica y nutritiva papilla que era de lo que se alimentaban las larvas, criarlas en placas Petri y cuando formaban la crisálida, sexarlas con una lupa para juntar una proporción determinada de hembras y machos. Así conseguíamos tener muchas generaciones en un solo año y probar la eficacia de productos plaguicidas. También criaba otros bichos, como la Crisopa, un depredador natural de insectos entre los que se encuentran las Heliotis.

Bueno, ahora que ha pasado el tiempo y el “delito” habrá prescrito, puedo contar que utilizaba recursos de la universidad para organizar luchas entre bichos e invitaba a mis amigos a contemplarlos a vista de la lupa. Había varios tipos de batallas, Heliotis contra Heliotis, Crisopas contra una, dos o tres Heliotis,… etc.

También quiero añadir, que no he conocido un ser vivo que me haya parecido más despreciable que una Heliotis. Ya definió Twine en 1971, que la Heliotis era carnívora, pero durante aquellos meses descubrí comportamientos que iban mucho más allá. La Heliotis no solo es capaz de comerse a sus congéneres, es violenta por naturaleza, siempre intentará devorar a los más pequeños o débiles aprovechando su mayor envergadura. Cuando se enfrentaba a la Crisopa, aunque ésta posee estrategias y armas de depredación letales, con las Heliotis no podía permitirse un solo error porque se invertían rápidamente los papeles y podía acabar convertida en el cazador cazado. Y el comportamiento más increíble y repulsivo de los que contemplé fueron los casos de algunas Heliotis que llegaron a devorarse a sí mismas. En ninguna bibliografía de las que utilicé para el proyecto encontré descritos casos parecidos, así que la única conclusión a la que llegué es que criadas de manera artificial, la Heliotis tiene comportamientos antinaturales.

En cambio, hay otros muchos bichos que sí que me gustan y no solo porque sean beneficiosos para la agricultura, los jardines y el medio natural. Ya sean porque contribuyen a la vida en la tierra: las abejas cuando realizan la polinización, los depredadores y parasitoides naturales que contribuyen a preservar la salud de las plantas o, como las hormigas, que aunque a muchas personas les molestan encontrárselas en la cocina, la realidad es son bichos que van a lo suyo. Viven y (suelen) dejar vivir. Me maravilla muchos de estos insectos la capacidad que han desarrollado para crear comunidades tan organizadas y complejas. Como se relacionan y se especializan en sus labores, las jerarquías que establecen, como influyen en otros insectos, plantas o animales para realizar colaboraciones productivas para ambos,….

También hay plagas que de tanto seguirlas y observarlas, no es que haya llegado a apreciarlas, pero sí que les tengo una cierta admiración a pesar de ser rivales terribles para los cultivos y los jardines. Eso me pasa con la Polilla (Prays oleae) y la Mosca (Bactrocera oleae) del Olivo o la Mosca de la Fruta (Ceratitis capitata). Incluyo en este grupo al Ácaro Rojo (Tetranychus urticae), que no son insectos como mucha gente piensa pues los arácnidos pertenecen a otro grupo de artrópodos. No ha habido tarde que no haya vuelto a casa y enseguida haya tenido que meter la ropa en la lavadora y ducharme y, a pesar de todos los medios por evitarlo, no haya continuado con la sensación de picor infundado y obsesivo después de realizar ensayos con Ácaros Rojos.

Todos estos entre otros muchos más, son mis “enemigos íntimos” y por la profesión que elegí, seguiremos encontrándonos en una lucha que nunca acabará. Aunque los bichos, buenos, malos y despreciables, seguirán permaneciendo ajenos al que los observa y estudia con curiosidad, fascinado con sus quehaceres vitales, de cómo han hecho pequeños ecosistemas formados únicamente por una planta en una maceta, cuatro aromáticas en un balcón o el árbol que asoma por mi ventana. Un ecosistema en el que han creado un extraordinario jardín de lo diminuto. 

Una crisopa comiéndose una larva de H. armigera
Cría de adultos de Heliotis
Un dibujo que realicé del dimorfismo sexual presente en las crisálidas de Heliotis
Un “hotel para insectos
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Copos de nieve de origen vegetal

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No queda claro si Galanthus es la última flor del invierno o la primera en primavera, pues su momento de floración navega entre dos aguas por ambas estaciones. Bueno, siendo justos hay que aclarar que este “copo de nieve” de origen vegetal tiene varios momentos de floración dependiendo de la especie. Existen algunas de éstas especies que prefieren que sus flores hagan acto de presencia en pleno invierno, mucho antes del equinoccio de primavera, pero otras especies de Galanthusprefieren florecer al principio de la estación de las flores e, incluso, en otoño tardío.

Pradera de Snowdropen Welford Park 

Las distintas Galanthusspp.son pequeñas hierbas de unos 15/30 centímetros de altura, capaces de resurgir de la tierra de un período al siguiente porque poseen un bulbo en el que concentran agua y nutrientes que les ayudan a pasar las estaciones de letargo. Las hojas son lineales y alargadas o, lo que es lo mismo, son lanceoladas. Las flores poseen distintos matices de color blanco, aparecen sin agrupar y con caída péndula. 
  
Precisamente es la flor la que le ha otorgado el nombre de Snowdrop(copo de nieve), pues a todo espacio verde en el que hace acto de presencia, le confiere aspecto de paisaje nevado sobre el que cae el gélido regalo del cielo.

Es un hierba que se utiliza desde hace mucho como planta ornamental en jardines, siendo significativo el uso de G. nivalis y G. elwesii. En lo que a la actividad jardinera se refiere, lo bulbos se entierran en el sustrato durante el otoño a una profundidad de unos 8 centímetros. Es importante tener en cuenta que los bulbos no toleran la conservación fuera de tierra, así que es conveniente que una vez que se obtienen en un vivero o garden center, sean trasplantados rápidamente.

Snowdrop es una hierba de jardín, pero también es muy frecuente, y espectacular, observar las praderas naturales que se forman de esta planta en bosques húmedos y frescos. Presente en Europa, se ha ido naturalizando desde los Pirineos hasta Oriente Medio, así que la veremos en una amplia zona geográfica siempre asociada a sus queridos bosques donde tan bien se le da desarrollarse.

Por otro lado, en Welford Park (Reino Unido), una típica casa rural inglesa con un importante espacio verde, rinden tributo al cultivo de los “Copos de Nieve” de jardín. Según los estudios realizados por parte de la propia organización jardinera, Galanthus fue introducida en el jardín y los bosques anexos por una comunidad de monjes que las recolectaban siglos atrás para curar, al frotar, a personas que sufrían de migrañas. 
  
De carácter privado, Welford Park abre su jardín una vez al año, entre enero y marzo, para mostrar la exhibición de Snowdrops por la que es conocido este jardín. El acceso es solo de miércoles a domingo pero, como curiosidad, está permitida la entrada de mascotas debidamente identificadas. Para finalizar, otro motivo para hacer “turismo de jardines” y visitar este parque de “praderas nevadas”, es la feria de plantas que se realiza en Welford Park. 

Galanthus elwesii

Galanthus nivalis

         
Fuente imágenes: wikimedia commons 
                
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Las reglas de oro de la horticultura urbana

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Tener un huerto urbano en el hogar nos aporta muchos aspectos que nos ayudan a mejorar nuestros hábitos de vida. Cultivamos nuestras propias verduras de manera sostenible, consumimos productos obtenidos de manera ecológica y está demostrado que practicar la horticultura nos ayuda a mantener un correcto desarrollo psicológico y físico. Pero para poder alcanzar todos estos beneficios en nuestra vida, es necesario que apliquemos unos pequeños consejos que hagan que nuestro huerto urbano crezca con vigor y se mantenga en el mismo estado hasta que realizamos la cosecha.

Huerto urbano

Calendario de siembra: Es muy importante atender a las características biológica de cada especie vegetal y, aunque siempre se puede “engañar” a la planta recreando sus condiciones apropiadas en invernadero, lo ideal es realizar la siembra de vegetales que se adapten a las condiciones de cada estación del año.

Alternancia y compatibilidad entre cultivos: Que sea ideal atender los ciclos vitales de los vegetales no significa necesariamente que tengamos que dejar nuestro huerto urbano en “barbecho” durante largos períodos. Podemos obtener la máxima productividad del cultivo en el hogar realizando la alternancia entre especies vegetales compatibles. Gracias a esta técnica de cultivo, obtenemos varias ventajas: mayor aprovechamiento del suelo, varias cosechas en un mismo año, menor crecimiento de hierbas espontáneas y favorecemos del crecimiento recíproco.

Siembra: Para realizar la siembra, lo correcto es utilizar semilleros de alveolos perforados o, en su defecto, recipientes pequeños igualmente perforados para favorecer la circulación del agua y que no se encharque. La mayoría de los cultivos requieren un sustrato húmedo para germinar y cuando la plántula emerge ocurre igual, aunque hay que atender a las necesidades de cada especie. Es mucho mejor humedecer el sustrato directamente con una regadera que usar un espray para regar porque este tipo de riegos, al caer sobre la planta, favorece la proliferación de hongos patógenos, podredumbres y otras enfermedades criptogámicas. 

La paciencia es una virtud: Unos vegétales germinan a los pocos días de la siembra y otros pueden tardar meses en hacerlo. Esto es así porque existen una serie de latencias (físicas, químicas y mecánicas), que evitan la germinación de las plantas para protegerlas de las posibles condiciones adversas del momento. Por eso, no hay que desesperar ni dar nunca por perdido un cultivo si tarda mucho en germinar.

Abono completo: Una ayuda en forma de abono granulado completo con Nitrógeno, Fósforo y Potasio, siempre lo va a gradecer el cultivo urbano. El abono comercializado en forma “bolitas azules” suele dar muy buenos resultados, pero siempre es conveniente aplicar la dosis recomendada por el fabricante porque el exceso puede provocar la intoxicación química de las plantas. A modo orientativo, echar el equivalente a una cucharita de café por planta se considera una dosis correcta.

Proteger el huerto urbano: Los semilleros se pueden cubrir con un cristal o un plástico para protegerlos de condiciones ambientales desfavorables, así como, para evitar las pérdidas de agua por evapotranspiración y mantener el calor. Pero también es bueno retirar todos los días durante un rato esta protección para que pueda pasar el aire al huerto urbano y se renueve.

Cosecha: Al igual que ocurre con la germinación, la cosecha se ha de realizar en el momento oportuno de cada especie para no perder calidad en los vegetales y, ese momento, se alcanza con el punto de maduración. Éste punto es producido por una transformación de los vegetales que empiezan a acumular más azucares en su interior. Si este momento se prolonga mucho y no se hace la recolección, los azucares empiezan a convertirse en almidón, por este motivo convine recoger antes de que estén totalmente maduros. 
 
Siempre es mejor aplicar agua directamente al sustrato
     
Fuente imágenes: pixabay

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Jardines del Chateau de Marqueyssac

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En los Jardines del Château de Marqueyssac es asombroso comprobar como el uso de un único elemento vegetal, el Boj repetido una y otra vez, utilizando la topiaria para conferir a Buxus sempervirens volúmenes cambiantes, es posible obtener un resultado de semejantes características paisajísticas. El mantenimiento de éste jardín debe ser enorme, igual de enorme que es la esencia que transmite el espacio verde en el Château de Marqueyssac.

Jardines de Marqueyssac 

De los jardines de la Antigua Roma se desconocen muchos aspectos que permanecen en la oscuridad hasta que los historiadores y arqueólogos arrojen algo de luz al respecto. Sin embargo, se sabe que fue durante esta época clásica cuando se inicia el arte de la topiaria o, lo que es lo mismo, la actividad jardinera que consiste en dar formas artísticas a las plantas mediante el recorte con tijeras de podar en mano. Hubo cierta parada en realizar la topiaria en los jardines, hasta que se vuelve a retomar ésta práctica jardinera con mucha fuerza durante el Renacimiento.

El máximo esplendor en el arte de la topiaria se alcanza en 1662, cuando el paisajista francés André Le Nôtre crea los jardines de Versalles para el Rey Luis XIV. Las formas que se realizan en topiaria son todas aquellas que la imaginación pueda alcanzar. Existen desde las más simples y geométricas, como rombos, rectángulos o pirámides, hasta otras mucho más complejas con forma de corazones, arcos, mariposas o animales.

En Versalles las figuras representadas son conos y pirámides principalmente, y la planta utilizada para crear los diferentes volúmenes es el Boj. Aunque lo conocemos como un arbusto, lo cierto es que Buxus sempervirens puede llegar a convertirse en un arbolito de hasta 12 metros de altura, pero tarda muchos años en llegar a esa envergadura. El Boj Común es una especie vegetal originario de Europa y crece naturalmente en las Islas Británicas. Además de jardinería, es muy apreciado por su madera, que es empleada en ebanistería. El Boj es una planta siempre verde, resistente y debido a su lento crecimiento, así como, su tolerancia a las podas, es idónea para crear diferentes formas.  

En los Jardines de Marqueyssacel Boj  se convierte en el completo protagonista del espacio verde. Creados por un alumno aventajado de Le Nôtre, en su inicio los jardines presentaban terrazas, callejones y una huerta que rodeaba el castillo de la propiedad. En la década de 1860 su propietario de entonces, Julien de Cervel, comenzó a plantar miles de bojes y les dio formas imposibles, semejantes a burbujas que salen atropelladamente desde el fondo del mar hasta la superficie. En el jardín también incluyó otras especies vegetales: Tilos, Cipreses, Pinos, Ciclamen,….

En la segunda mitad del siglo XX, debido a la desocupación de la casa, los jardines estuvieron mucho tiempo sin ser atendidos. Pero llegó un nuevo propietario, Kleber Rossillon, que restauró los jardines llegando a alcanzar la increíble cifra de 150.000 bojes y añadió otros espacios nuevos, incluyendo un corredor de aromáticas, un riachuelo y una cascada, pero sin perder el espíritu romántico con los que se crearon los Jardines de Marqueyssac.

Desde 1996 estos fantásticos jardines con sus bojes de volúmenes cambiantes, pueden ser visitados por el público sensible al turismo de jardines. Los Jardines de Marqueyssac se encuentran ubicados en Vézac, en la región del Perigord Noir (Francia) y se puede visitar todos los días de la semana desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Prohibido perderse las numerosas actividades que se celebran en este espacio verde a lo largo del año para toda la familia.


Corredor de aromáticas 

Formas volumétricas con bojes   

Túnel

Bojes con forma rectangular 

Bojes en forma de arbolito 

Fuente imágenes: wikimedia commons 

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Geoffrey Jellicoe y el paisaje humano

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Empezaré por el final. Pero comenzar desde atrás está completamente justificado, pues para el arquitecto paisajista Geoffrey Jellicoe su obra póstuma, Moody Garden en Texas, supuso el sumario de toda una vida de trabajo. Un jardín que no necesitó ver terminado, pues en la mente del británico se reproducía con exactitud todos los jardines que había ideado y, en ese lugar escondido de su imaginación, había recorrido cada uno de aquellos rincones verdes que ahora disfrutamos, hechos realidad, todos nosotros.

Pirámide en Moody Gardens

A pesar de que G. Jellicoe nunca estuvo muy convencido de dedicarse al diseño de jardines, lo cierto es que ha terminado siendo uno de los iconos del paisajismo del siglo XX, convirtiéndose en referencia para las generaciones posteriores de diseñadores de jardines. Su aterrizaje en el paisajismo fue casual. Arquitecto de profesión, en 1923 tras asistir a unas ponencias cuando aún era estudiante, uno de los conferencistas comentó que hasta la fecha no se había escrito nada sobre los jardines italianos del siglo anterior. Así, junto a su compañero J. C Shepherd, recorrieron toda Italia para estudiar los más famosos jardines del país. El resultado de esta primera aventura, fue la escritura compartida con Shepherd del libro titulado “Los Jardines Italianos del Renacimiento”. Publicado en 1925 es considerado en la actualidad libro de culto. 

Alternando el diseño de espacios vivos, el urbanismo y la arquitectura, Jellicoe creó un gran número de jardines que han pasado a engrosar la lista de patrimonio verde mundial. Así pues, construyó numerosas edificaciones para organismos públicos y empresas privadas,  tanto en Reino Unido como en otros países. Tras la Segunda Guerra Mundial, pasó varios años en Zambia trabajando en escuelas, hospitales, aeropuertos y hoteles. Fue esta una época muy prolífica en cuanto a urbanismo se refiere, pues elaboró los planes para Guilford, Wellington y el centro de Gloucester, siendo el más importante de todos  el Plan Maestro para Hemel Hempstead. Puede que no todas sus ideas para transformar las ciudades en lugares más agradables fueran ejecutadas, pero si fue capaz de transmitir la importancia de crear un nexo de unión entre la ciudad y la naturaleza a través de la creación de singulares parques y jardines públicos que han constituido un oasis en medio del asfalto.

Fue uno de los primeros arquitectos paisajistas que atendió consultas relacionadas con la integración del medio urbano con el medio natural, circunstancia que se convirtió en habitual a lo largo de su carrera. Jellicoe entendía que la belleza era una poderosa fuerza y llegó a la conclusión de que los diseñadores de jardines, y dando un paso más allá, los urbanistas, podían reflejar ésta belleza atendiendo al área donde se ubica el jardín y a la cultura local de la gente que lo disfruta para poder conectar con sus necesidades, sus actividades, sus usos y, por qué no, con sus sueños y así “plantar” de alguna forma elementos casi oníricos.

A la edad de 80 años, Jellicoe para nada se retiró e, incluso, su actividad laboral se vio incrementada, siendo requerido para crear jardines en muchos lugares del mundo entre ellos Moody Garden. La misma noche de su visita a Texas, desarrolló una serie de dibujos planteando lo que sería el futuro jardín. Las ilustraciones fueron muy clarificadoras de lo que sería el futuro jardín, con dibujos llenos de colorido y en los que se apreciaba el uso de plantas y arquitectura como medio de conexión entre historia de la humidad, así como, lugar de esparcimiento, educacional y comercial. En la actualidad, los visitantes pueden recorrer el Jardín del Edén, pasado por un Jardín Egipcio, luego uno romano y así sucesivamente a través de casi 5000 años de historia de 15 culturas desde Oriente a Occidente.     
       
Curiosamente, como otros muchos paisajistas, Geoffrey Jellicoe fue muy prolífico escribiendo libros sobre paisajismo y jardines.  En 1975, se publicó The landscape of human(El paisaje del hombre), que escribió junto a su esposa Susan. Este texto fue el precursor de Moody Gardens, pues Jellicoe expuso sus ideas sobre el paisaje y la capacidad de transmitir el reflejo de las civilizaciones que lo ocupan o lo han ocupado. Quizás, la reivindicación no solo del paisaje humano, sino también de que el ser humano se encuentra irremediablemente unido al paisaje que habita.  

Piscina en Moody Gardens

Rio en Hemel Hempstead
Kennedy Memorial Park 

Fuente del Kennedy Memorial Park 

Fuente imágenes: wikimedia commons   

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Ser rastrero en el mundo vegetal tiene su importancia

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A riesgo de que el título de este artículo pueda sonar un poco irreverente, lo cierto es que existe un tipo de plantas que por sus características, la capacidad que tienen medrar por el suelo, han venido a denominarse rastreras aunque es indudable el valor añadido que aportan al jardín. Además, no solo se arrastran, pues también pueden dejar colgando sus ramillas, hojas y flores si encuentran el medio adecuado para hacerlo, creando un efecto cobertura que genera frondosidad cerrando claros no verdes en el jardín. 

Mesem en un techo verde

Quiero incluir en este grupo al Romero Rastrero (Rosmarinus officinalis var. prostratus), una planta que “habitualmente” es un arbusto aromático, pero tiene su familiar rastrero. Eso sí, botánicamente y paisajísticamente se comporta exactamente igual que un Mesembryanthemumo una Aptenia. El caso es que no deseo dejar atrás a ninguna porque las he empleado en el diseño de jardines con frecuencia e, incluso, he “jardineado” con ellas en otras tantas ocasiones y “el roce siempre hace el cariño”.  

Todas ellas consisten en especies vegetales tapizantes (o rastreras), que poseen pequeñas hojas carnosas con la habilidad de acumular agua en su interior. Gracias a ésta circunstancia, son plantas ideales para jardines de clima seco, pues se adaptan muy bien a condiciones de falta de agua. Aptas para xerojardinería. Son plantas que florecen copiosamente, desplegando una generosa manta de diminutas flores con variados colores. No obstante, la floración tan llamativa no suele durar mucho tiempo, al menos de manera tan copiosa, solo durante un período máximo de un mes en primavera.

Al ser un grupo de plantas tan mediterráneas, requieren de una exposición muy soleada para vivir, así como, desarrollar sus raíces en un sustrato suelto y poroso para que puedan encontrar numerosas cavidades bajo tierra donde fluya el aire. Otra virtud que poseen las plantas rastreras es su facilidad para multiplicarse mediante esquejes. Son capaces de cubrir una superficie en relativamente poco tiempo a partir de una sola mata. La época del año ideal para la propagación mediante esquejes es el otoño.

No quiero dejar pasar por alto que las plantas rastreras son candidatas idóneas para nuevas tendencias de diseño de jardines. Concretamente en jardines verticales y techos verdes. Mesem, Aptenia o Romero Rastrero, tradicionalmente se han plantado en rocallas y otras localizaciones del jardín donde para otras plantas sería imposible desarrollarse. El poder crecer en cualquier recoveco, unido a las hojitas carnosas donde acumulan agua, nos ofrece la oportunidad de emplear una serie de plantas en unas condiciones de vida muy difíciles en jardines verticales y techos verdes, pero que ellas solventan sin problema alguno.

Las plantas tapizantes cubren de verde rápidamente cualquier superficie, ya sea en horizontal o en vertical. Pero además, se pueden plantar en macetas y jardineras, donde son muy fáciles de cultivar y también pueden vivir estupendamente bien creando un efecto “cascada” vegetal que no pasará por alto en un jardín, balcón o terraza. Y es que ser rastrero en el mundo vegetal, puede llegar a tener una enorme importancia para un espacio verde.

Aptenia cordifolia

Romero Rastrero (Rosmarinus officinalis var. prostratus)
Romero Rastrero en macetas

    
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Las dos caras del edificio Acros Fukuoka

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Uno de los grandes problemas de la actualidad, es la construcción voraz de edificaciones en ciudades cada vez más grises. La solución a este problema es conciliar esta vorágine constructora con la necesidad de los ciudadanos de tener generosos espacios verdes donde poder esparcirse y volver a encontrar una reminiscencia de la naturaleza. El edificio Acros Fukuoka de Japón es una estructura única que crea este modelo de jardín urbano innovador y satisface las necesidades de verde urbano de las personas.

Vegetación en el Acros Fukuoka 

Acros (Asian CrossRoad Over the Sea) Fukuoka es una impresionante edificación que ha sido construido siguiendo criterios de sostenibilidad medioambiental. Presenta dos caras bien diferenciadas, un lado es el canon de edificio de oficinas con muros acristalados, mientras el otro lado, es un conjunto de terrazas ajardinadas que se mimetizan con el parque que hay a sus pies.

Fue diseñado por el arquitecto argentino Emilio Ambasz y tardó en construirse tres años. Inaugurado en 1995, fue uno de los primeros edificios ejecutados desde una óptica de arquitectura ecológica. En su interior esconde un centro de información cultural para turistas, salas de conciertos (Fukuoka Symphony Hall), salas de conferencias, oficinas gubernamentales y empresariales y hasta una galería de arte.

Pero la cara verde del Acros Fukuoka, es el objeto de este artículo. Un frondoso muro proyectado en terrazas que asciende a una altura de sesenta metros sobre el suelo y que en sus inicios contenían unas 35.000 plantas que representan 76 especies vegetales. Pero al parecer, gracias a la acción de propagación de semillas por el viento (anemofilia) y de las aves (zoofilia), aumentó la biodiversidad vegetal de las terrazas jardín. Con la llegada de nuevas especies vegetales a este singular ecosistema urbano, se incrementó a 50.000 el número de plantas y ahora representan a 120.000 especies. 
  
La pared vegetal se encuentra orientada al sur y culmina en su cima con un mirador que es, a su vez, un techo verde desde el cual se puede contemplar el puerto cercano. Mientras, a las faldas del muro vegetal, las plantas del Acros Fukuoka se funden con las ubicadas en el Parque Central de Tenjin.

La superficie verde es visitable. La zona de terrazas-jardín, que ocupan una superficie de 5.400 metros cuadrados, constituye una pantalla vegetal al ruido procedente del tráfico urbano. Así mismo, los jardines contribuyen a aislar el interior del edificio y a captar las emisiones de CO2, fijándolo y retirándolo de la atmósfera. El agua de lluvia es captada y recircula de nuevo por el edificio para ser reutilizada como agua de riego.

Japón posee una excelente representación de jardines históricos, pero además continua avanzando en nuevas tendencias de paisajismo y manifestaciones jardineras. El edificio Acros Fukuoka es un ejemplo de este hecho, un lugar apto para visitantes sensibles al turismo de jardines y que ofrece una gran variedad de eventos por descubrir y disfrutar.

Cara sur del Acros Fukuoka 

Parque Central de Tenjin unido al Acros Fukuoka

Terrazas-jardín del Acros Fukuoka 

      
Fuente imágenes: wikimedia commons 

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Las alas de la Tipuana

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En el arenero de párvulos de mi cole abundaban. En realidad estaban por todo el patio. Si, esas “cosas” que tiraban los enormes árboles que había y que junto a mis amigos lanzaba hacia el cielo para ver entre risas como volvían a caer girando como las hélices de un helicóptero. No era el único juego que nos proporcionaban los arboles. El que estaba más cercano al arenero era el hogar de una imaginaria familia de ardillas y, además, cuando más calor hacía (algo muy frecuente en mi ciudad), sus frondosas ramas verdes nos protegían de los rayos de sol.

Tipuana tipu
Ahora ya sé que aquellos árboles de mi infancia se llaman Tipuana tipuy que las “cosas” que tiraban era su semilla en forma de sámara. Las plantas, incluidos árboles, se clasifican según diversos tipos de propagación de sus frutos y semillas. Las Tipuanas posen una legumbre envuelta en una estructura leñosa y alargada en la zona superior que las asemeja a un barquito velero. Gracias a ésta “ala” pueden volar girando sobre sí mismas debido al impulso que les proporciona el viento, llamándose esta forma de propagación anemófila.

Es conocido también con el nombre común de Palo Rosa por el color rojizo que presenta la savia que produce, aunque yo casi siempre lo he oído llamar con el nombre de su género. Llegó a los jardines a finales del siglo XIX procedente de Suramérica y tuvo muy buena acogida como árbol de viario por su rápido crecimiento en áreas urbanas, su resistencia a la polución constituyendo un importante fijador de CO2 atmosférico y su copa globosa de hojas perennes que protegen de la radiación solar.

La floración del Palo Rosa se produce a principios de verano, y si he comentado que era muy divertido jugar de niño con las semillas, es justo que mencione lo espectacular que es la tupida floración de color amarillo que posee éste singular árbol. Las flores aparecen agrupadas en inflorescencia y, a medida que pasan los días, los pétalos se deprenden dejando un manto de color amarillo en el suelo que se extiende a los pies de la Tipuana.  

Es un árbol que puede llegar a alcanzar hasta los 30 metros de altura y posee una gran rusticidad, algo que le ha llevado a perder en la ciudad el aspecto globoso de su copa en detrimento de podas agresivas como los desmochados. Al margen de lo poco apropiadas  que me parecen éstas podas “cómodas” para el mantenimiento, también hay que señalar que la Tipuana tiene un aspecto negativo en lo que respecta a su cultivo en viario, pues sus raíces son muy agresivas y pueden causar daños a edificaciones cercanas y al pavimento.

Por desgracia, debido a las condiciones climatológicas tan adversas que se están produciendo estos últimos días, protagonizada por fuerte viento y precipitaciones copiosas, los árboles de ciudad están viendo comprometida su viabilidad. Esta misma mañana, mientras llevaba a mi hijo al colegio, he visto varias intervenciones de poda de ramas y apeo de árboles. Entre ellos, me he fijado especialmente en las Tipuanas y he recordado como jugaba con sus semillas en el patio del cole en mi niñez.

Me da mucha pena ver éstos gigantes derrotados en el suelo, rendidos completamente y sin opción alguna a volver a levantarse. Y es verdad que las podas inapropiadas de forma continuada han provocado que muchos no se encuentren en el mejor de los estados para afrontar una situación adversa, algo que siempre criticaré. Pero también hay que romper una lanza por las actuaciones de poda y apeo que se están ejecutando estos días. Si yo tuviera en estos momentos la responsabilidad de un Técnico del Ayuntamiento, haría exactamente lo mismo, prevendría el posible daño personal y material antes que el vegetal. Eso no quita, que hay que alzar la voz ante una serie de podas y prácticas culturales de poda que han provocado que el apeo sea excesivo. Si vamos a prevenir, empecemos por podar correctamente. 

Tipuana tipu con las semillas aún colgando de sus ramas
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Principales plagas de jardines, patios y balcones

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La llegada de la primavera es inminente. En breve estaremos disfrutando del despertar del color, de un sinfín de flores para engalanar el paisaje y del vaivén de criaturas que despertarán del sopor tras el letargo invernal. Pero no solo regresan las golondrinas con la primavera, pues también harán acto de presencia otros individuos menos deseados en el jardín. Son los insectos plaga que, sin ser invitados, se aprovecharan del rico ecosistema que forma nuestro espacio verde. En este artículo veremos los más importantes, que aspecto presentan, los daños que provocan y como combatirlos.

Mariquita de los siete puntos (Coccinella septempunctata)

Pulgones: Quizás los insectos más frecuentes en brotes jóvenes de las plantas del jardín. Apenas poseen un cuerpecillo de escasos milímetros alargado y de diversos colores: amarillos, rojos, verdes o negros. Constituyen una amplia familia llamada áfidos que podemos encontrar en casi cualquier tipo de planta formado poblaciones densas en hojas jóvenes y partes tiernas. El daño que provocan es indirecto al pinchar las hojas y segregar una sustancia azucarada llamada melaza que hace que aparezca un hongo necrótico. Los síntomas se aprecian por una deformación que presentan las partes afectadas de las plantas.

Podemos prevenir su acción sobre nuestras plantas manteniendo éstas en perfecto estado de mantenimiento, bien regadas y nutridas, pues los pulgones prefieren atacar especies vegetales que padecen una prolongada falta de agua. Como enemigo natural, puede contarse con una buena población de mariquitas (Coccinella spp.), cuyas larvas son devoradoras de pulgones. Otra opción para eliminar pulgones es “lavar” la planta frotando con agua para eliminar las colonias y la melaza, teniendo siempre especial cuidado de no dañar la planta.

Pulgones en una hoja de Hibisco  
Mosca blanca: Son diminutas mosquitas que revolotean alrededor de la planta. De color níveo, los daños que provocan en las plantas son similares al que provocan los pulgones pues clavan el “pico” en las hojas y succionan la savia. El resultado que produce su actividad son decoloraciones y amarilleamiento de unas hojas que finalmente caen. Prefieren ambientes húmedos y calurosos para actuar, por eso es conveniente ser cauto con los riegos en verano. Se puede tratar eliminando mecánicamente la planta afectada y limpiando ramas, hojas y tallos con algodón impregnado de alcohol.

Mosca blanca
Orugas de lepidópteros: Son muy dañinas pues devoran con avidez hojas de geranios o rosales. En realidad son las larvas de futuras mariposas o polillas, pero que en apariencia y para reconocerlos se puede decir que son gusanos de diversos tamaños. Las orugas son muy peligrosas para nuestras plantas porque son muy discretas, pasan desapercibidas, pero en muy poco tiempo pueden provocar un daño irreparable en el jardín. Los síntomas de su ataque son agujeros en hojas y tallos, así como, flores que se marchitan. Es muy complicado encontrar solución a una planta que ya ha sido atacada, por eso lo más efectivo ante esta situación es la prevención cuando vemos a los adultos revolotear alrededor de la planta. En este caso hay que rociar la planta con insecticida al menor síntoma o, incluso antes, previendo la posible invasión.

Oruga del geranio (Cacyreus marshalli)  
Cochinillas: A simple vista no parecen insectos, pero sí que lo son. Tienen la apariencia de un pequeño botón, que en el caso de la cochinilla algodonosa presenta el aspecto de un trocito de algodón de azúcar pero de color blanco. Se adhieren normalmente a la unión de la hoja con la rama y, como hace el pulgón, segrega melaza que hace que las plantas se vuelvan brillantes y pegajosas. En poco tiempo, se decoloran y marchitan pudiendo provocar la muerte de la planta. Para eliminarlas del jardín, podemos hacer una limpieza mecánica raspando con cuidado la zona donde se adhieren utilizando el mango de una cuchara como si fuera una espátula. Después, podemos mojar un trapo con alcohol y frotar las zonas que previamente hemos limpiado.  
 
Cochonillas en una Euphorbia 
 
Fuente imágenes: wikipedia commons

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Solo los Malvaviscos

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Hace unas semanas, antes de las lluvias torrenciales que nos asolan, durante un domingo de asueto que ya presagiaba la primavera, tuve la oportunidad de dar un enorme paseo por muchas de las zonas verdes con las que contamos en Sevilla. Entre los lugares en que me interesé, se encontraba el Jardín Americano que se construyó con motivo de la Exposición Universal de 1992. Un vergel que en sus inicios contaba con un total de 496 especies vegetales provenientes del Nuevo Mundo.

Malvavisco (Malvaviscus penduliflorus)

Estas plantas fueron distribuidas por la superficie del jardín. Las que ya se encontraban naturalizadas con el ambiente, se plantaron en zonas abiertas al exterior. Las plantas más delicadas con el fuerte calor del verano sevillano, principalmente plantas tropicales, se ubicaron bajo un enorme umbráculo formado por lomas de madera. El umbráculo posee una superficie de 1.700 m2 y cuenta con un pequeño estanque.

Una vez finalizada la Exposición Universal del 92, el jardín se cerró al público y a cualquier actividad de mantenimiento. De esta manera se propició que el jardín quedara a merced de las inclinaciones biológicas de las especies que constituían su exclusivo ecosistema. En poco tiempo, la superficie verde se degradó de tal manera que el acceso al interior se hizo imposible, las especies dominantes se impusieron y se perdió el 80% de la biodiversidad que atesoraba el Jardín Americano.

Hubo un espejismo de recuperación en 2010, año durante el cual una Fundación se hizo cargo de la recuperación de material vegetal que aún persistía, del mantenimiento e, incluso, de la divulgación del patrimonio verde del jardín. La intención solo duro un par de años, hasta que la Fundación se disolvió y el espacio verde quedó en las mismas condiciones de mantenimiento que el resto de parques públicos de Sevilla.

De mi última visita al Jardín Americano, bajo la estructura de madera del umbráculo que en su día se consideró innovadora, solo queda alguna exigua mata de Malvaviscos. La degradación, el abandono y el vandalismo han provocado la defunción de un jardín de único. 

Los Malvaviscos (Malvaviscus penduliflorus) son fáciles de reconocer… o mejor, es fácil de confundirlos con los Hibiscos por su similitud de flores. Forman una frondosa mata verde que puede alcanzar una considerable altura. Es cierto que las flores se parecen a las del Hibisco, pero las del Malvavisco tiene lo pétalos como pegados en forma tubular. Las flores son de un color rojo intenso y casi parece que brillan con luz propia. También son ornamentales en el jardín sus bayas de igual color rojizo.

Originario de amplias regiones que incluyen desde Florida y México hasta el Sur de Perú y Brasil, ha quedado como representante único de un Jardín Americano que en otra época fue ejemplo de jardín singular y carismático. El Malvavisco se ha convertido en testigo mudo del deterioro sin retorno de un gran jardín.

Umbráculo del Jardín Americano 
Estanque del Jardín Americano 
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Agua y jardín

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El agua puede ser muchas cosas en un espacio verde: es refugio de las altas temperaturas, es juego  saliendo desde un surtidor, es dinamismo al recorrer canales y descender por pendientes, es reflejo de la naturaleza, el sol, la luna y las estrellas y es vida al ser imprescindible para el desarrollo de las plantas. Sin embargo, a mí siempre me gusta destacar del agua su capacidad de ser magnética. 
 
Agua y jardín
El agua y el jardín han estado unidos desde siempre, desde el inicio del segundo. Los jardines, esa manifestación humana de cercar y poner límites a la naturaleza, no es más que una vulgar copia del Edén. Los textos más antiguos nos presentan al jardín del paraíso como un lugar con cuatro ríos, cada uno surcado con una sustancia diferente: agua, miel, vino y leche. El río de la vida es el de agua y todo jardín que presenta cuatro caminos en crucero, evoca esta disposición de los ríos del Edén. Y aunque no vamos a encontrar un jardín con los cuatro ríos de leyenda, el agua continua dando vida al jardín, desde el surtidor que da de beber a personas y animales, hasta los modernos sistemas de riego que proporcionan el líquido vital a las plantas.

Una lámina de agua es el espejodonde se refleja la naturaleza. Estanques, albercas, lagos o mares, han servido para mostrarnos árboles, arbustos, hierbas y flores desde la óptica que nos proporciona el agua calma, rota de vez en cuando tal vez, por el suave movimiento de las ondas transmitidas por el agua. Diminutas olas que nos dan una visión distinta del jardín. No solo se refleja la vegetación en el agua del jardín. Desde hace siglos, las láminas de agua han servido de espejo para el cielo, las nubes, el sol y la luna. En especial, ha llegado a tener importancia para reflejar las estrellas y las constelaciones que éstas forman.

Pero no podemos pretender mantener el agua de jardín siempre estática. El agua es dinámica, es movimiento en canales, fuentes, ríos o cascadas. Es el más claro símbolo de que el jardín en su conjunto es un “organismo” único que crece, se desarrolla, evoluciona y se transforma. El agua cambia y provoca cambio en el jardín. Un movimiento que ha servido para dar juego, desde los niños que salpican con el agua hasta acrobacias imposibles de chorros que salen de un surtidor para acabar en el inmediato posterior. El jardín que explotó al máximo la idea de que el agua era juego en el jardín fue Versalles en Francia. Mandado construir por Luis XIV, posee numerosos juegos de agua para asombro de los visitantes. El propio monarca se encargó de escribir de su puño y letra un recorrido guía para descubrir los emplazamientos idóneos donde sorprenderse gracias al agua. Los juegos de agua no se han quedado en el siglo XVII, pues en la actualidad se pueden disfrutar de muchas versiones modernas de los mismos. 

Que el agua proporciona refugiode las altas temperaturas los sabían bien los árabes y sus jardines hispanomusulmanes. El frescor en verano era fundamental, por eso en los huertos de placer de origen árabe no faltaban acequias, albercas, fuentes, canales e, incluso, riego por goteo. Esta sensación de frescor unida a los aromas de las flores, a la posibilidad de comer un fruto y de acariciar las texturas de la vegetación, constituían el jardín de los sentidos. Un paraíso terrenal donde el agua era, y es, elemento magnéticoque los une. 

Lámina de agua



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Humphry Repton el jardinero paisajista

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Si el origen de los proyectos de jardinería y paisajismo tuviese un nombre, estaría inequívocamente asociado a Humphry Repton. Sucesor de Capability Brown, paisajista precursor del estilo inglés o paisajístico, dotó a la presentación de sus proyectos de jardines de un nuevo enfoque al juntar sus calidades como dibujante de acuarelas con sus conocimientos de botánica.

Tarjeta de presentación profesional de Humphry Repton

Humphry Repton nació en 1752 en Inglaterra. Desde muy joven, sus padres quisieron que se dedicara al comercio y por esta razón cuando cumplió doce años fue enviado a los Países Bajos a adquirir los conocimientos necesarios con los que desarrollar esta labor. Lejos de centrarse en la carrera de comercio, tuvo más interés en otras actividades, especialmente por el dibujo y la jardinería.

No obstante, su inclusión en el diseño de jardines llegó muchos años después a la edad de treinta y seis años. Tras varios intentos de negocios fallidos, casado, con cuatro hijos y sin ingresos estables, un amigo de la infancia le proporcionó entrada a la biblioteca de Windham para leer los abundantes trabajos de botánica que se atesoraban en el lugar.

La falta de ingresos fue el motivo que le llevó a considerar seriamente la idea de utilizar sus habilidades con el dibujo para diseñar jardines y desarrollar una carrera profesional en un sector laboral que desde la desaparición de Capability Brown unos años antes, había quedado algo huérfana de figuras que sobresalieran. Gracias a la pintura, sus trabajos pudieron destacar al presentar a sus clientes un proyecto en el que se podía apreciar visualmente, mediante superposiciones de dibujos, un antes y un después de la zona que iba a ser ajardinada. Esto que ahora nos parece muy común, a finales del siglo XVIII fue una innovación que permitió acercar un tipo de proyecto de jardinería mucho más cálido y que el cliente (que no deja de ser el usuario final), podía visualizar y analizar con antelación a las ejecución de las obras de instalación del jardín. Además, Humphry Repton añadía un texto explicativo, lo cual contribuía a mostrar de forma nítida el futuro jardín a construir.  

Esta fue la gestación del proyecto de jardinería tal y como lo entendemos hoy en día, pues ya presentaba dos de las partes más importantes de los proyectos actuales, los planos y la memoria. El “invento” se llamó Libro Rojo. En cuanto al estilo de diseño, Humphry Repton en principio fue continuista con el estilo paisajista de Capability Brown, aunque con el tiempo se fue distanciando hasta adoptar una situación moderada con respecto a su antecesor. Las diferencias entre ambos surgen a raíz de la propia metodología de trabajo. Mientras que Brown no daba a conocer sus planes, rara vez mostraba sus intenciones con respecto al diseño de los jardines y directamente pasaba a ejecutar la obra que ya tenía en mente, Repton realizaba el proyecto en sí, dibujos y memoria, actuaba como asesor cobrando por su Libro Rojo y solo en ocasiones supervisaba las obras de jardinería en las que se encontraba involucrado.

Repton no se mantuvo ajeno a las críticas que recibió como paisajista. Fue acusado de crear un estilo excesivamente curvilíneo y pintoresco precisamente por nacer del paisajismo como corriente pictórica. A pesar de estas vicisitudes, la fama de sus diseños de jardines se extendió y conseguía atraer cada vez más clientes de todo tipo hacia sus proyectos presentados de una forma tan visual. Y es así como nació la figura profesional del jardinero paisajista, con un Libro Rojo que apareció en la jardinería de manera titubeante, pero que se ha convertido en una herramienta básica en el diseño de jardines.

Sheringham Park
Cassiobury Park

Harewood
 
Clumber Park
           
Fuente imágenes: wikimedia commons  
 
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Jardín Botánico de Greifswald y la importancia de transmitir el conocimiento vegetal

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En Alemania también hay jardines. Singulares además, como es el caso del Jardín Botánico de Greifswald, un espacio verde que cumple una labor de investigación botánica desde casi los orígenes de los jardines con fines científicos. En sus nueve hectáreas de espacios ajardinados han ocurrido historias durante su dilatada existencia que vamos a descubrir en un nuevo artículo de turismo de jardines.
Invernaderos Jardín Botánico de Greifswald

El Jardín Botánico de Greifswald fue fundado en 1763, distribuyéndose en dos hectáreas de jardín científico y otras siete hectáreas de arboreto. Se encuentra integrado en la Universidad de Greifswald y por este motivo es el Departamento de Botánica y Ecología del Paisaje de la Universidad de la localidad Alemana quién se encarga de su gestión, así como, de las labores de investigación, divulgación y enseñanza de todo lo relativo a las especies vegetales que habitan la superficie verde.

Es la Botánica, como nombre propio y como ciencia, la que nos guía por la propia historia del Jardín botánico de Greifswald. El profesor Samuel Gustav Wilcke, hace más de 250 años, creó un espacio vegetal que tenía como objetivo un uso medicinal y fue considerado un “hortus medicus”. Tan solo un año después, se vio que esta consideración se encontraba restringida y no se adaptaba a la realidad, pues el uso científico y la importancia que adquirieron las investigaciones y descubrimientos botánicos en aquella época, hicieron renombrar el espacio como un “hortus academicus” o jardín académico.

Un siglo más tarde, en 1886 el jardín fue reubicado por la creciente actividad constructora del entorno en el emplazamiento original viéndose afectada su funcionalidad. El realojo fue promovido por el profesor Julius Münter y el nuevo lugar, además de contar con la superficie de plantación al aire libre, fue equipado por un complejo de invernaderos que proporcionaban frío o calor según las necesidades de las plantas, principalmente palmeras aunque también otras especies de clima cálido. La superficie que se encuentra protegida bajo el vidrio cuenta hoy en día con 1.400 metros cuadrados, de los cuales, la mitad es visitable. El Jardín Botánico de Greifswald se completa con un Arboretumubicado próximo al Hospital Universitario y que posee una cifra alrededor de 1.500 plantas y árboles. 
      
En la actualidad, desde el propio Departamento de Botánica y Ecología del Paisaje de la Universidad de Greifswald, se hace una invitación a éstas instalaciones que realizan la labor de  transmisión del conocimiento de las plantas a cualquier persona que sea amante del mundo vegetal. Gracias a la investigación y la compresión, seremos capaces de dar el valor que le corresponde a las plantas para poder protegerlas de un planeta cada vez más amenazado medioambientalmente. En este espacio verde podremos encontrarnos con un catálogo vegetal formado por 7.000 especies vegetales entre las que se incluyen: plantas carnívoras, cactáceas, plantas mediterráneas, brezos, rododendros, plantas trepadoras, plantas aromáticas, helechos, palmáceas, orquídeas, etc.  
    
El Jardín Botánico de Greifswald y los invernaderos se pueden visitar durante todo el año por las mañanas de lunes a viernes y tardes de sábados, domingos y días festivos en horario de 13:00 a 18:00 horas en primavera/verano y de 13:00 a 15:00 horas en otoño/invierno. El Arboreto, en cambio, permanece cerrado de Noviembre hasta Marzo incluido, abriéndose a los visitantes de Abril a Octubre por las mañanas y primeras horas de la tarde. 

Arboreto Jardín Botánico de Greifswald
    
Fuente imágenes: wikimedia commons 

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La irremediable afinidad de la Cala con el agua

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Si hace unas semanas contábamos que existía una longeva atracción entre agua y jardín, en esta ocasión vamos a ver una de las plantas que se encuentra irremediablemente unida a una de las formas o elementos en los que el agua participa en el conjunto de un espacio verde. La Cala (Zantedeschia aethiopica) es una planta de flor muy hermosa y llamativa que tradicionalmente se ha sembrado en estanques, fuentes y riachuelos.

Cala (Zantedeschia aethiopica)

También conocida como la Flor de Lirio de Agua, es una planta herbácea perenne que puede alcanzar hasta medio metro de altura para destacar con su flor blanca entre el verde del resto del jardín. Es una flor de origen sudafricano, pero su uso ornamental se ha extendido por todo el mundo, cultivándose en zonas de clima templado.

La Cala posee unas poderosas raíces, capaces de profundizar en el sustrato para poder sobrevivir sin problemas en los ambientes húmedos en los que prefieren habitar. Cómo por ejemplo, asociada a un estanque en el jardín, el cual además de servir de hogar a la cala, nos proporciona muchas ventajas de las que podemos beneficiarnos: refrescar el ambiente, sensación de relax, humedad ambiental, efecto decorativo,…. Desde el punto de vista paisajístico, si el jardín tiene un aspecto informal podríamos crear una lámina de agua naturalizada, pero si lo que tenemos es un jardín de estilo formal sería apropiado un estanque de líneas geométricas, pues quedaría integrado mucho mejor.

En el aspecto puramente del diseño de jardines, es importante que el estanque lleve aparejado una correcta elección de especies. Los estanques deben ser creados siguiendo criterios de sostenibilidad y, realizando acciones de jardinería bien encaminadas, nos aseguramos que estas especies vegetales nos proporcionen una calidad del agua del estanque aceptable. En este sentido, en un estanque podemos encontrar plantas a tres niveles. En el primero encontramos plantas que se encuentran sumergidas, llamadas plantas oxigenadoras. En el segundo nivel encontramos las plantas acuáticas, que son las que flotan sobre el agua. El tercer nivel pertenece a las plantas marginales, las cuales se disponen en los bordes o islas del estanque.

La Cala pertenece al último grupo, pero independiente de ese nombre tan horrible que tan solo nos indica el lugar que ocupa en el estanque, ésta herbácea no tiene nada de marginal. Por eso yo prefiero el término planta herbácea lacustre. Es más, es una de las plantas más apreciadas en los elementos acuáticos del jardín, así como, es muy utilizada como flor cortada para realizar adornos florales. Como planta para principiantes en el mundo de la jardinería podría ser muy adecuada, principalmente para aquellos jardineros que les gusta pasarse de la raya con el riego. Pero como todo en esta vida, incluso los excesos de algo beneficioso puede ser contraproducente, por eso es mejor dejar de regar durante la parada vegetativa de otoño e invierno. El resto de cuidados son muy simples, prefiere lugares sombreados, así que nada de sol directo pues puede achicharrarse, así como, no soporta las heladas por lo que durante las épocas de frío es conveniente protegerlas de las bajas temperaturas. Por último, es fácil propagarla gracias a los tallos con rizomas que posee. La multiplicación puede hacerse cada 2 o 3 primaveras separando tallos subterráneos de la mata de origen y plantando a unos 12 centímetros de profundidad en posición horizontal.   

Cala (Zantedeschia aethiopica)
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